
Rodrigo Rato, junto a la finca de Carabaña
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Así es Carabaña, la finca en la que se casa la hija de Rodrigo Rato
La hija mayor del exministro Rodrigo Rato y Ángeles Alarcó se casa este sábado ante 200 asistentes
Este sábado 14 de junio, la finca de Carabaña —ese enclave rústico, escénico y envuelto en historia (y no poca controversia)— vuelve a vestirse de blanco. Pero esta vez no será el exministro quien pronuncie votos, como hizo hace casi una década, sino su hija mayor, Gela Rato Alarcó, quien protagoniza uno de los enlaces más discretamente vigilados (y sutilmente simbólicos) del entorno político-mediático madrileño. Una boda que no busca protagonismo, pero que inevitablemente lo tiene.
El padrino, y también anfitrión del evento, es Rodrigo Rato, uno de los rostros clave del poder económico y político en la España de los noventa y dos mil. Vicepresidente del Gobierno con Aznar, ministro de Economía, director gerente del FMI y, más tarde, presidente de Bankia. Su fulgurante ascenso terminó en desplome judicial con su implicación en el caso de las tarjetas black y otros escándalos de corrupción. Con 76 años, y tras haber cumplido condena, el que fuera uno de los hombres más poderosos del país mantiene un perfil bajo... hasta hoy.
La boda de su hija Ángela —o «Gela»—, fruto de su primer matrimonio con Ángeles Alarcó (ex presidenta de Paradores), es algo más que una celebración familiar. Representa también la reapertura simbólica de un espacio íntimo con fuerte carga pública: la finca de Carabaña, situada a las afueras de un pequeño municipio de apenas 2.000 habitantes al sureste de Madrid. Ubicada a unos 50 kilómetros de la capital, esta finca ha sido durante décadas el refugio —y en ocasiones, el campo de batalla— del clan familiar.
En Carabaña (Madrid) hay 1.698 viviendas construidas, la mayoría de entre 60 y 75 m², levantadas principalmente entre los años 2000 y 2010. El pueblo es conocido por la calidad de su agua, considerada por muchos como medicinal. De hecho, en algunas farmacias se pueden adquirir botellas que contienen este preciado líquido, extraído directamente de una mina subterránea. Ya en 1892 se proyectó la creación de un balneario en la zona, aunque finalmente nunca llegó a funcionar.
La boda de su hija reabre viejas heridas: el desvío del Tajuña
La propiedad donde tendrá lugar la boda, adquirida a finales de los años 80, cuenta con un molino de más de 300 años, un coqueto puente de madera y un entorno de postal… alterada. En 1994, en pleno apogeo político, el entonces portavoz del PP en el Congreso desvió el cauce del río Tajuña para embellecer el terreno. La maniobra provocó el secado de abrevaderos y la indignación de los vecinos, que vieron desaparecer una de las mejores zonas de pesca del municipio. Aunque el agua volvió tiempo después a su curso original, el gesto dejó huella.
«Aquí no se le ha visto nunca. Llega a su finca y no sale», aseguraban hace años algunos residentes en declaraciones a Vanitatis. La ceremonia religiosa tendrá lugar en Madrid, pero la posterior celebración se traslada a este enclave familiar en Carabaña. Alrededor de 200 invitados han sido convocados, en una lista blindada pero con nombres de peso. Entre ellos podrían figurar Luis Bárcenas y Rosalía Iglesias, amigos personales del anfitrión y habituales en eventos privados como la reciente boda de su hijo Willy.

El pueblo es conocido por la calidad de su agua
Gela, la discreción heredada
De la novia poco se sabe públicamente. Tiene 35 años y ha mantenido siempre un perfil bajo. Es licenciada en Derecho y Administración de Empresas por el Centro Universitario de Estudios Financieros (CUNEF) y, aunque criada en un entorno de privilegio, optó por el silencio mediático incluso en los momentos más delicados de la vida pública de su padre. Estudió en Madrid, se ha movido en círculos discretos y ahora se casa con una pareja de la que apenas ha trascendido información. Lo que sí ha salido a la luz es que ha confiado la organización del enlace a una de las wedding planners más reputadas del país, según ha confirmado la revista ¡Hola!.
Al margen de su educación académica, Gela también ha protagonizado una experiencia de marcado perfil solidario. Al igual que otras jóvenes como Irene Urdangarin, pasó nueve meses en Camboya, colaborando con su tío, el sacerdote Enrique Figaredo Alvargonzález, en el Centro Arrupe para jóvenes con discapacidad en la ciudad de Battambang, según publicó el mismo medio.