La gran boda que reunirá a la aristocracia española en el palacio Godoy de Cáceres

El próximo 11 de octubre, la Ciudad Monumental de Cáceres desplegará su alfombra roja para acoger una de las bodas del año. El hermano de Sofía Palazuelo, Fernando, se casa con la actriz peruana Micaela Belmont, con la que lleva siete años de relación. Esta localidad extremeña, además de poner el broche de oro a su historia de amor, reunirá a numerosos rostros de la jet set, entre los que destacan miembros de la casa de Alba —como Carlos Fitz—James Stuart, que una semana antes asistirá a la boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan—, así como personalidades de la alta sociedad española y del país andino.

El motivo por el que el hermano de la duquesa de Huéscar ha elegido este enclave —y no el emblemático Palacio de Galiana, una propiedad familiar ubicada en Toledo— para su paso por el altar, es porque el futuro novio inaugurará un mes antes de su boda el Palacio de Godoy —que será el escenario en el que está previsto que tenga lugar la recepción y el convite nupcial—, operado por la cadena Hilton. Desde el 2018, Fernando, junto a su hermano Jaime, está inmerso en la reforma de esta joya del siglo XVI que acogerá a gran parte de sus invitados, que pernoctarán en el interior de sus muros desde el 6 al 12 de octubre.

Este hotel de lujo de cinco estrellas, en el que se han invertido un total de 14 millones de euros y que ofrece 73 habitaciones (entre ellas, 8 suites), está localizado en el corazón del Casco Antiguo de la ciudad. Además, está muy próximo al restaurante Atrio —uno de los Relais & Châteaux favoritos de los rostros conocidos—, que seguro será una parada gastronómica obligatoria para muchos de sus invitados, así como del Museo Helga de Alvear.

Desde hace siete años, Cáceres ha acogido a Fernando como un paisano más. Durante todo este tiempo, el hermano de Sofía Palazuelo ha estado completamente inmerso en la reforma de este palacio renacentista construido por el conquistador Francisco Godoy Aldana. Además de contar con estancias en las que pernoctar, también estará abierto al público gracias a su rooftop bar con vistas panorámicas de 360º o su restaurante, Mamay Aldana, que combinará sabores locales y peruanos.

La razón que motivó al empresario a restaurar esta edificación fue por una visión de negocio clara, a pesar de ser todo un desafío arquitectónico. En una entrevista concedida en elEconomista, Fernando confesó que «Cáceres es una ubicación privilegiada, equidistante entre Lisboa y Madrid». Además, como un guiño a su futura mujer, comentó que esta ciudad extremeña le recordaba a «la Lima de hace 20 años, hoy considerada una capital gastronómica mundial».