La duquesa de Sussex visitó una escuela en Ruanda, poco después de convertirse en embajadora de World Vision en 2016
La ONG de Meghan Markle, acusada de racismo y sexismo: «Pronunciaban mal los nombres de los empleados que no eran blancos»
World Vision ha sido denunciada por ser un lugar de trabajo supuestamente «tóxico» y «hostil»
La ONG World Vision, en la que Meghan Markle ejerce como embajadora mundial, ha sido acusada de racismo y sexismo. La duquesa de Sussex, de 44 años, colabora con esta ONG infantil desde 2016, año en que conoció al Príncipe Harry. Ha realizado varios viajes, a Ruanda e India, para conocer su labor sobre el terreno.
Según consta en las denuncias, el equipo de recursos humanos de World Vision en Reino Unido pronunció mal los nombres de empleados que no eran blancos y que sus acentos fueron imitados por sus colegas. El departamento supuestamente confundió a dos trabajadoras negras, mientras que aparentemente las empleadas presentaron quejas de ser tratadas con condescendencia en las reuniones.
Una fotografía de Meghan abrazando a un niño durante su visita a Ruanda se hizo famosa, y la ONG la elogió como una «verdadera humanitaria» que aportaría «gran energía» a su labor real, tras el anuncio de su compromiso.
Meghan Markle, en Ruanda
La Comisión de Beneficencia está evaluando una denuncia que alega que la filial británica de la ONG es un lugar de trabajo supuestamente «tóxico» y «hostil». Las denuncias de racismo, sexismo y homofobia han sido presuntamente «ignoradas, silenciadas o gestionadas inadecuadamente» por la alta dirección. La denuncia sostiene que los acuerdos legales de confidencialidad se «utilizaban rutinariamente para silenciar al personal que se marchaba después de experiencias negativas».
World Vision UK niega las acusaciones, pero ha presentado un informe de incidente grave ante el regulador tras las afirmaciones del sitio web Third Sector, que dijo haber entrevistado a 11 empleados actuales y anteriores.
Third Sector alegó que el departamento de recursos humanos de la organización benéfica confundió a dos empleadas negras, que los nombres del personal no blanco se pronunciaban mal y que sus compañeros imitaban sus acentos. Las empleadas supuestamente se quejaron de ser tratadas con condescendencia en las reuniones, y al grupo de equidad, diversidad e inclusión de la organización se le dijo que «el personal anti-LGBT también debe tener espacio».