Tamara y sus cuatro hermanos Falcó toman el control total de la bodega Marqués de Griñón

Hay historias que parecen cerrarse solas, aunque en realidad llevan años gestándose. La de Marqués de Griñón, una de las marcas vinícolas más respetadas de España, es una de ellas. Ahora entra en un nuevo capítulo, porque Manolo, Xandra, Tamara, Duarte y Aldara, los cinco hijos del fallecido Carlos Falcó, han recuperado la totalidad de la compañía que su padre fundó hace ya medio siglo. Es un gesto que no responde solo a una decisión empresarial, sino también a un vínculo emocional.

Para entender la dimensión de esta operación conviene recordar quién fue Carlos Falcó y qué significó su proyecto. En los años setenta, cuando en España la viticultura seguía anclada en métodos tradicionales, él decidió romper con lo establecido. Introdujo variedades internacionales, modernizó los sistemas de riego y trabajó la tierra con una idea de excelencia que entonces parecía inalcanzable. Su finca familiar, Dominio de Valdepusa, situada en Malpica de Tajo en Toledo, se transformó en un laboratorio de innovación y llegó a convertirse en un referente absoluto.

El marqués de Griñón en su día consiguió que sus vinos y más tarde sus aceites se convirtieran en auténticos embajadores de la calidad española. Ese legado, que durante años estuvo compartido con un socio externo, vuelve por fin a manos de sus cinco hijos después de un proceso complejo. En los últimos meses, la familia ha tenido que afrontar negociaciones largas, delicadas y con impacto económico, que finalmente han desembocado en la compra del porcentaje que todavía no controlaban, el 50%. Con esa adquisición ponen fin a una etapa marcada por la incertidumbre y devuelven el proyecto a un modelo completamente familiar.

La operación financiera

Vanitatis explica cómo se ha ejecutado la operación. El primogénito, Manolo Falcó, ha sido quien ha liderado todas las negociaciones. Tiene 59 años, ostenta el título de XIII marqués de Castel-Moncayo y está considerado uno de los banqueros españoles de mayor prestigio internacional. Fue codirector global de banca de inversión en Citi, un cargo que lo situó en la élite financiera mundial. Su perfil, siempre discreto y técnico, lo ha convertido en la figura más sólida de la familia. Ahora asume la dirección del proyecto que más ilusionaba a su padre.

En declaraciones al medio citado, Manolo explica las razones de este paso con absoluta claridad. Dice que siempre fue un proyecto profundamente familiar y que su padre era entusiasmo puro. Recuperar el control les permite volver a trabajar como él lo había soñado. También reconoce que la etapa reciente fue complicada debido a la quiebra del socio que poseía la mitad de la empresa. Durante años, explica, dependían de decisiones estratégicas tomadas fuera de la familia y ahora por fin tienen libertad total.

Así las cosas, los cinco hermanos son ya propietarios en partes iguales. Xandra aporta experiencia empresarial, Tamara ofrece visibilidad pública y capacidad de conectar con distintos públicos, mientras que Duarte y Aldara representan la mirada generacional de quienes han crecido viendo a su padre entre viñas y olivos.

Además, las cuentas están saneadas. Las pérdidas de 2024 responden a provisiones futuras, no a problemas estructurales. La empresa está en posición de convertirse en una compañía de mucho éxito.