El padre Franciszek Blachnicki durante la grabación de un programa para Radio Europa Libre
Envenenado por luchar contra el régimen comunista: el asesinato del padre Blachnicki en 1987
36 años después de su fallecimiento, se ha podido establecer que el padre Blachnicki fue asesinado por agentes secretos del régimen comunista
Gracias a la labor del Instituto de la Memoria Nacional de Polonia (IPN), 36 años después de su fallecimiento, se ha podido establecer que el padre Franciszek Blachnicki fue asesinado. El Ministro de Justicia y Fiscal General de la República de Polonia, Zbigniew Ziobro, el pasado 14 de marzo de este año, anunció oficialmente: «La muerte del padre Franciszek Blachnicki el 27 de febrero de 1987 fue un asesinato por envenenamiento, evidenciado por las investigaciones llevadas a cabo en Polonia, Alemania, Austria y Hungría por la Comisión para el Enjuiciamiento de Crímenes contra la Nación Polaca en Katowice». Uno de los asesinos vive en la actualidad.
Agentes secretos en su círculo más cercano
Hasta ese momento, las suposiciones sobre el envenenamiento del padre Franciszek Blachnicki habían ido apareciendo a lo largo del tiempo al irse descubriendo por parte de los historiadores las actividades de agentes encubiertos –el matrimonio compuesto por Jolanta y Andrzej Gontarczyk– entre los colaboradores más cercanos del padre Franciszek Blachnicki. Fueron destinados a Alemania Occidental por los servicios de inteligencia del gobierno comunista de Polonia en septiembre de 1982.
Se les asignó la misión de «llevar a cabo actividades de inteligencia ofensivas» contra grupos de inmigrantes polacos en Alemania Occidental, operando Jolanta Gontarczyk bajo el nombre en clave «Panna» y su marido Andrzej haciendo lo propio con el alias «Yon». En aquellos años eran una pareja joven con un hijo a quien el reverendo Blachnicki incluso preparó en Carlsberg para su primera comunión. Habían comenzado su labor como agentes de inteligencia en Polonia al infiltrarse en el sindicato «Solidaridad».
Se les asignó la misión de «llevar a cabo actividades de inteligencia ofensivas» contra grupos de inmigrantes polacos en Alemania Occidental
A principios de 1984 se les ordenó ponerse en contacto con el padre Blachnicki, instalándose a finales de ese año en un centro de retiros espirituales dirigido por dicho sacerdote en Carlsberg, Alemania Occidental. Rápidamente se ganaron la confianza del cura, quien les encomendó tareas sumamente importantes. Jolanta Gontarczyk se convirtió en la directora del Servicio Cristiano para la Liberación de las Naciones. Poco tiempo después llegó a ser copropietaria, junto con el padre Blachnicki, de una editorial entre cuyos fines se encontraba la publicación de materiales para la evangelización de protestantes.
Ello forjó la buena relación del padre Blachnicki con los protestantes del movimiento «Campus Crusade for Christ International». A pesar de los ingresos económicos derivados de sus trabajos de edición para los protestantes, el centro dirigido por Blachnicki en Carlsberg carecía de dinero para gastos básicos como alimentación o calefacción. Todo parece indicar que las dificultades económicas fueron en buena parte resultado del sabotaje llevado a cabo por estos dos agentes.
A fin de solventar los problemas financieros, en el otoño de 1986 los protestantes propusieron al padre Blachnicki un contrato para imprimir materiales de evangelización durante los próximos tres años. Dicho contrato, que ascendía a dos millones de dólares americanos, debía implementarse a partir de marzo de 1987. Mientras tanto, a principios de febrero, el padre Blachnicki desenmascaró a los Gontarczyk. Después de recibir pruebas convincentes, el 26 de febrero de 1987, el padre Blachnicki sostuvo una conversación con la pareja sobre este asunto.
Después de regresar a casa, dijo a dos personas de su mayor confianza que los Gontarczyk se habían dedicado a sabotear su organización. Al día siguiente, 27 de febrero, el sacerdote sostuvo una ajetreada conversación con Andrzej Gontarczyk en la imprenta que este dirigía. Sin embargo, nada indicaba el trágico suceso que iba a acontecer. Tras la cena, el cura empezó a tener graves problemas respiratorios. De nada sirvió al asistencia de un médico que nada pudo hacer por la vida del cura.
Superviviente de Auschwitz
El padre Franciszek Blachnicki fue un sacerdote extremadamente eficaz. Pertenecía a la generación de polacos que fueron los primeros en crecer en una patria libre tras de más de un siglo de ocupación extranjera. De joven estuvo celosamente involucrado en el movimiento escultista. En septiembre de 1939, como soldado, participó en la defensa de Polonia contra los alemanes. Escapó del cautiverio y se involucró en actividades clandestinas en su ciudad natal. Detenido por los alemanes, fue encarcelado en el campo de concentración alemán de Auschwitz.
Después de unos meses, fue llevado ante un tribunal alemán, que lo condenó a muerte. Mientras esperaba la ejecución de la pena capital, el joven Franciszek experimentó un proceso de afirmación de su Fe. Finalmente, la ejecución no se llevó a cabo y, tras el fin de la guerra, ingresó al seminario. Después de ser ordenado sacerdote en 1950, se involucró en actividades pastorales.
El padre Blachnicki se opuso tenazmente a la subordinación de la Iglesia Católica a las autoridades comunistas
Organizó todo un sistema formativo para monaguillos, preparándoles para la liturgia y organizando su tiempo libre, en un período en que se dio la persecución más brutal de la Iglesia por parte de los comunistas. El padre Blachnicki se opuso tenazmente a la subordinación de la Iglesia Católica a las autoridades comunistas. El post-estalinismo suavizó algo las cosas y en 1956 el padre Blachnicki creó Krucjata Wstrzemięźności (esto es, Cruzada de la Templanza), movimiento que publicó muchos materiales de formación y que llevó a cabo un sinnúmero de actividades espirituales. Unas 100.000 personas se unieron a la Krucjata. En 1960, el servicio de seguridad comunista cerró su sede en Katowice. Los comunistas arrestaron al padre Blachnicki, encerrándolo en la misma prisión en donde los alemanes lo habían encarcelado durante la guerra.
Los comunistas arrestaron al padre Blachnicki, encerrándolo en la misma prisión en donde los alemanes lo habían encarcelado durante la guerra
Tras salir de allí, el padre Blachnicki comenzó sus estudios universitarios, siendo, posteriormente, profesor de la Universidad Católica de Lublin. En ese momento, era la única universidad en Polonia donde no se enseñaba filosofía marxista. El padre Blachnicki se involucró decididamente en la renovación litúrgica, formando tanto a sacerdotes como a laicos para tal fin. De ahí surgió movimiento el Movimiento Luz-Vida. Su método básico de trabajo consistía en «oasis» (retiros espirituales de quince días) y reuniones regulares en grupos pequeños. Como parte del Movimiento Luz-Vida, en los popularmente conocidos como oasis, se formaron niños, jóvenes, adultos y hasta familias enteras. En los años setenta y ochenta, en la Polonia comunista, los oasis estaban de moda entre los jóvenes. En 1986, 76.000 personas participaron solo en una de sus actividades.
Franciszek Blachnicki durante un día de comunidad de oasis en el Centro del Movimiento Luz-Vida (1979)
Contra el régimen comunista
A pesar de la inquina contra el sacerdote, los comunistas no pudieron detener el desarrollo del movimiento de los oasis. En diciembre de 1981, el padre Franciszek Blachnicki fue a Roma para crear un centro de evangelización internacional. La imposición de la ley marcial en Polonia le impidió regresar al país. Vio su estancia en el mundo libre como una oportunidad para ayudar a Polonia bajo el régimen comunista. En 1982 se instaló en la ciudad alemana de Carlsberg. Allí estableció el Centro Internacional de Evangelización Luz-Vida.
Karol Wojtyła y Franciszek Blachnicki durante el día de la comunidad del oasis
También desarrolló actividades sociales creando el Servicio Cristiano para la Liberación de las Naciones. La organización se fijó el objetivo de liberar a los países comunistas del dominio de la Unión Soviética. Blachnicki llamó a la desobediencia civil, en concordancia con lo adoptado en Polonia por el sindicato «Solidaridad». Aunque los comunistas temían a los líderes de Solidaridad, más miedo tenían de los sacerdotes con una amplia influencia social, siendo el padre Blachnicki criticado incluso en la prensa soviética.
Ello indica que los servicios de inteligencia de la Unión Soviética también estaban interesados en el sacerdote. Incapaces de detener las actividades de los sacerdotes más valientes, los comunistas recurrieron a los métodos más drásticos. En 1985, asesinaron brutalmente al padre Jerzy Popieluszko. Sin embargo, la información salió a la luz inesperadamente y provocó protestas sociales generalizadas en Polonia y en el resto del mundo. Parece que sacando conclusiones de esta situación, el asesinato del padre Franciszek Blachnicki se hizo de tal manera que pareciese una muerte natural.
- Robert Derewenda es doctor en Historia, profesor de la Universidad Católica Juan Pablo II de Lublin y director de la sede de Lublin del Instituto de la Memoria Nacional
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