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17 de junio de 2024

El general Nikolaos Plastiras, líder de la Revolución de 1922, cede el poder a los políticos

El general Nikolaos Plastiras, líder de la Revolución de 1922, cede el poder a los políticos

Hace 100 años en El Debate

24 de octubre de 1923: fracasa en Grecia el golpe de Estado

La fallida sublevación de los oficiales monárquicos desacreditó a la monarquía y contribuyó decisivamente al establecimiento de la Segunda República en marzo de 1924

Cuando, a raíz de la derrota griega en Asia Menor, se sublevó gran parte del Ejército y la Marina griega, exigiendo la abdicación del Rey Constantino de Grecia en su hijo, Jorge II, pero la monarquía continuó estando en una situación precaria, explicaba El Debate hace 100 años.

Al poco tiempo se formó un Comité revolucionario, presidido por los jefes de la sublevación, coroneles Nikolaos Plastiras y Stilianos Gonatas. Después se constituyó un Gobierno presidido por este último, quien aprobaría una ley electoral que favorecía notablemente a los partidos antimonárquicos y en especial al Partido Liberal de Elftherios Venizelos.

Ante la perspectiva de un cambio de régimen casi seguro, se creó una coalición heterogénea en las filas del ejército que pretendía derrocar al gobierno. Su principal impulsor fue la llamada Organización de Mayores, compuesta por oficiales monárquicos de graduación media y que estaba en estrecho contacto con el ex subjefe del Estado Mayor del Ejército y futuro dictador monárquico (1936-1941), el general Ioannis Metaxás, pero también se sumaron varios venizelistas descontentos, principalmente Leonardopoulos y Gargalidis.

Los conspiradores monárquicos consiguieron el apoyo de las unidades militares acuarteladas en el norte de Grecia y en el Peloponeso; sin embargo, no el de las guarniciones de Atenas, Salónica y otras ciudades importantes, así como de la Armada, que era abrumadoramente venizelista.

El Debate informaba de que «el movimiento revolucionario» había sido «dominado ya en Cavalla, Franca, Chalcis y Uenia», pero que «los disturbios continuaban en Corinto, Patras y Calamata», pero que contaban con un número muy pequeño de sublevados por lo que «el movimiento sería dominado en breve». La fallida sublevación de los oficiales monárquicos desacreditó a la monarquía y contribuyó decisivamente al establecimiento de la Segunda República en marzo de 1924.

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