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Mural de Street Art con Celeste y sus Claveles (2020) en Palma de Mallorca

La Revolución de los Claveles

El origen del clavel que se convirtió en símbolo de la revolución que acabó con la dictadura en Portugal

Uno de los militares sublevados le pidió un cigarrillo y a falta de tabaco, Celeste Caeiro entregó al soldado un clavel

La madrugada del 25 de abril de 1974 Portugal se despertaba al ritmo de Grândola, Vila Morena entonada por José Afonso. Aquella melodía sirvió como señal para que los militares salieran de sus cuarteles dispuestos a terminar con una dictadura de más de 40 años que estaba costando a Portugal el sacrificio de jóvenes al convertirse en soldados por obligación en las guerras coloniales.

Celeste Caeiro, camarera de un bar cercano al palacete en el que residía el presidente Marcelo Caetano –quien seis años atrás recogía el relevo a Antonio Oliviera Salazar, el fundador en 1933 de una dictadura que llamó eufemísticamente Estado Novo– fue testigo del paso de los tanques frente al establecimiento en el que trabajaba, en dirección a la residencia presidencial de São Bento.

«Trabajaba en un restaurante que fue inaugurado el 25 de abril del 73. El 25 de abril del 74 cumplía un año y los dueños quisieron celebrar el aniversario y nos pidieron que compráramos flores para la fiesta. Pero al día siguiente decidieron que el negocio no iba a abrir porque había empezado la revolución», recuerda Celeste, en una entrevista en el Jornal de Notícias.

Los claveles son el símbolo de la Revolución realizada por los militares que puso fin a 48 años de gobierno dictatorialGTRES

La llamada Revolución de los Claveles fue un levantamiento militar y popular en Portugal debido a la negación del ejercicio de los derechos civiles de la población, la censura y al no poder participar en la elección de sus gobernantes: no se convocaba elecciones democráticas desde 1925. Acorde con los regímenes totalitarios de Italia y Alemania, el gobierno de Oliveira Salazar se asentó bajo el lema «Dios, Patria y Familia», llamándose Estado Nuevo a un sistema de control que, bajo la apariencia de democracia, avaló bajo la Constitución interna todo tipo de censura, falta de libertades y represión a manos de su Policía Internacional y de Defensa del Estado (PIDE), alimentada a su vez por turbias redes de informantes.

La Revolución fue auspiciada por militares que habían combatido a los independentistas en suelo africano, agrupados en el llamado Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA): su papel sería decisivo para derribar al Gobierno de Marcelo Caetano, que había sucedido en 1968 a un ya anciano Salazar incapacitado por un accidente.

«Los capitanes de abril», como se conoce a quienes participaron en este movimiento, eran en su mayoría jóvenes oficiales que se negaban a seguir luchando en las guerras colonialistas portuguesas, cansados de ver morir a sus compañeros. A ellos se sumó el pueblo, hundido en la pobreza y harto de la violencia de Estado y de la falta de libertades.

Uno de los militares sublevados le pidió un cigarrillo a Celeste, quien se dirigía a su casa. «No tenía. Miré a mi alrededor y no había ninguna tienda, así que le ofrecí un clavel. Él lo cogió y lo puso en la escopeta, de manera que le ofrecí otro soldado y lo aceptó, y luego otro y luego otro. Fue una alegría muy grande. Estaba muy contenta cuando los vi cruzar la plaza con los claveles. Fue una sensación que no se puede explicar», indicó la camarera. El gesto pasó a la historia como una de las razones por las que la revolución fuese tan pacífica: sólo murieron cuatro personas.

Desfile el 25 de abril de 1983 en Oporto

Según advirtió el profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Rafael Rodríguez durante la presentación del libro La Revolución de los Claveles 50 años después: recuerdos, imagen e influencia, estos claveles se convirtieron en «el símbolo por antonomasia del 25 de abril».

En este sentido, «Si algo tiene como efecto simbólico esta imagen del clavel es la interacción del ejército y el pueblo ofreciendo claveles. Esa acción quiere interpretar la idea de una revolución pacífica» pues al colocar la flor en el arma se «enmudece la violencia», pero al mismo tiempo, quiere significar el «florecimiento de una revolución hacia la libertad», detalló el profesor de la UCM.

Sin embargo, existen otras dos teorías que dan nombre a esta revolución. Se dice que debido al levantamiento, las iglesias tuvieron que cerrar, obligando a una pareja de novios a posponer su boda quedando todos los claveles que tenían preparados listos para cargar los fusiles de los soldados. Otros defienden que las flores pertenecían a una empresa de exportación que no pudo enviar a su destino el cargamento al estar el aeropuerto clausurado.