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Rubén Ruiz Ibárruri junto a su madre, Dolores Ibarruri

Dinastías y poder

Qué fue de los hijos de Negrín, Largo Caballero o La Pasionaria tras la Guerra Civil

Sus vidas reflejan las complejidades de una época convulsa, donde el apellido, el estalinismo y el azar sellaron el destino de unas dinastías que, en los años treinta, habían ocupado el poder en España

Durante la Guerra Civil española y los años posteriores, muchos hijos de dirigentes republicanos tuvieron destinos tan intensos como dispares. Algunos combatieron, y otros vivieron entre la utopía revolucionaria y la tragedia personal. Entre ellos destacan historias como la de Rómulo Negrín, Rubén Ruiz Ibárruri, Francisco Largo Calvo y Luis Prieto: cuatro trayectorias que reflejan las complejidades de una época convulsa, donde el apellido, el estalinismo y el azar sellaron el destino de unas dinastías que, en los años treinta, habían ocupado el poder en España.

Hijos de la derrota

Rómulo Negrín, hijo del último presidente del Gobierno de la República, decidió alistarse como voluntario en el Ejército Popular Republicano, integrándose en la Quinta Brigada Mixta. Meses después fue enviado a la URSS para su formación como piloto y, a su regreso en diciembre de 1937, se unió a la 4.ª Escuadrilla de «Chatos» y participó en combates en Levante y Aragón.

A mediados de 1938 regresó a Rusia para continuar con estudios tácticos de aviación y, según algunas fuentes, llegó a integrar unidades de defensa antiaérea soviética. Tras la derrota republicana, y gracias a la mediación de su padre, emigró a Estados Unidos, desde donde, tras terminar sus estudios, se estableció en México y se dedicó profesionalmente a la aeronáutica.

Negrín junto a varios combatientes

A muchos otros españoles que durante la Guerra Civil se estaban formando en la escuela militar de Kirovabad, en Azerbaiyán, no les permitieron salir del país: Pasionaria, Enrique Líster o El Campesino presionaron para que se quedasen en la Unión Soviética. Cualquier intento de salir podía traducirse en graves acusaciones: quintacolumnista, trotskista, contrarrevolucionario o incluso fascista. Para muchos, aquello fue el inicio de un nuevo encierro, esta vez ideológico y geográfico.

Otro de los casos más significativos es el de Rubén Ruiz Ibárruri, hijo de Dolores Ibárruri, diputada y agitadora del PC. Junto a su hermana Amaia, vivió la Guerra Civil en la Unión Soviética. Ambos habían llegado a Moscú en 1935 con una delegación de niños comunistas. Rubén fue enviado a un internado en Crimea, donde estudió mecánica. Aunque ya había cumplido los 16 años, hubo cierto debate sobre por qué no regresaba a España para unirse a las fuerzas republicanas.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Rubén fue movilizado al Ejército Rojo como teniente al mando de una compañía de ametralladoras en la 1.ª División de Fusileros Motorizados de Moscú, luchando en los alrededores de Borisov (Bielorrusia). Herido en combate, regresó al frente como teniente de una compañía de ametralladoras en Stalingrado, y murió en septiembre de 1942 en un hospital de campaña, como consecuencia de las heridas recibidas.

Dolores Ibárruri «La Pasionaria»

Pero no todos los hijos de dirigentes republicanos pelearon en el frente o salieron de España. El primogénito de Largo Caballero, Francisco Largo Calvo, tenía veintidós años cuando comenzó la guerra. Estudiante de Ingeniería Industrial, estaba afiliado a las Juventudes Socialistas y también tomó parte en los sucesos revolucionarios de octubre. Fue apresado y trasladado a la cárcel Modelo de Madrid. En julio de 1936 estaba realizando el servicio militar como soldado en el Regimiento de Transmisiones de El Pardo, que se unió al golpe militar.

Pero a él lo detuvieron y trasladaron primero a la Granja de San Ildefonso; de ahí pasó a la Academia de Artillería de Segovia y, posteriormente, al Cuartel General de Falange en Andalucía. Parece que se valoró la posibilidad de un canje por José Antonio Primo de Rivera, preso en Alicante y asesinado en noviembre de 1936. El intercambio nunca se materializó, y en febrero de 1937, Francisco Largo ingresó en la Prisión Provincial de Sevilla. En 1943 le concedieron la libertad vigilada y vivió en Galicia, en Monforte de Lemos.

Francisco Largo Caballero visita el asedio del Alcázar, acompañado de oficiales y milicianos

Por su parte, el hijo de Indalecio Prieto, Luis, también socialista y periodista de profesión, implicado en la Revolución de Octubre de 1934, pasó la Guerra Civil en Londres como agregado comercial de la Embajada Española. Después acompañó a su padre a México y falleció joven, en 1948.

La Segunda República pudo haberse entendido como un intento ambicioso de modernización política, social y cultural, pero resultó una democracia frustrada por la polarización extrema y la violencia, animada desde muchos vértices ideológicos. Las historias de los hijos de sus protagonistas, marcadas por la guerra, el exilio y la radicalización derivada del sueño revolucionario, ilustran parte del coste humano de aquel fracaso.