El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken
Escalada en Ucrania
Último cartucho para la paz: Estados Unidos y Rusia se reúnen en Ginebra
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov se reúnen este viernes para intentar evitar la guerra
Rusia y Estados Unidos apuran su último cartucho para alcanzar un acuerdo que evite el conflicto en Ucrania. El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se reúnen este viernes 21 de enero en Ginebra para tratar de poner freno a la escalada.
Con más de 100.000 soldados rusos concentrados a lo largo de la frontera ruso-ucraniana, la invasión rusa parece inminente. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la dio por segura en una comparecencia hace dos días con motivo del inicio de su segundo año de mandato. «Rusia avanzará sobre Ucrania» con «una incursión menor», apostilló.
Mientras tanto, los aliados occidentales se apresuran a dotar al ejército ucraniano de misiles antiblindaje, misiles antiaéreos y municiones. Además, la OTAN ha comenzado a desplazar a los países bálticos y al Mar Negro aviones de combate y busques de guerra.
La reunión está precedida por un cruce de declaraciones de alta tensión. En Berlín, Blinken afirmó ayer que la posible invasión rusa del territorio ucraniano «nos devolvería a una época peligrosa e inestable, cuando este continente estaba dividido en dos con la amenaza de una guerra total planeando sobre nuestras cabezas», señaló en declaraciones recogidas por AFP.
Reacción rápida y severa
Insistió en que la agresión rusa provocaría una reacción «rápida y severa» por parte de Estados Unidos y sus aliados.
Por otro lado, Rusia montó en cólera tras las palabras del presidente estadounidense Joe Biden. El mandatario aseguró que una hipotética guerra en Ucrania «sería un desastre para Rusia», «no ha visto nunca sanciones como las que he prometido que se impondrán si se mueve». Asimismo, advirtió que «el coste de ir a Ucrania en términos de pérdida de vidas, para los rusos sería elevado».
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que estas declaraciones «pueden contribuir a desestabilizar la situación» e insistió en que la OTAN debe comprometerse a renunciar a seguir expandiéndose hacia las fronteras rusas, en particular en Ucrania y Georgia.
«En cuanto a las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, que han llegado a un punto peligroso y crítico por culpa de Washington, se necesita urgentemente un diálogo sustancial y serio, y pasos concretos por parte de los estadounidenses y sus aliados para otorgar garantías de seguridad fiables a Rusia», afirmó, por su parte, el ministro ruso de asuntos exteriores Lavrov en declaraciones recogidas por EFE.
Las palabras de Biden, sin embargo, causaron también un enfado al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. El mandatario ucraniano rechazó la valoración que hizo Biden de la gravedad de la situación al prever una «incursión menor» rusa en Ucrania.
«No hay incursiones menores», replicó Zelenski a Biden. También valoró las palabras del presidente estadounidense el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba: «El conflicto se resolverá únicamente cuando el último soldado ruso abandone Lugansk y Donetsk, Crimea y Sebastópol», los territorios ucranianos ocupados por el ejército ruso tras la guerra de 2014.
Tras su llegada a Ginebra, Antony Blinken se mostró pesimista sobre la reunión de hoy con su homólogo ruso: «Nos encontramos ante tiempos difíciles y no se resolverán rápidamente. No espero que los solucionemos en Ginebra».
Por el momento, Rusia ha anunciado maniobras militares masivas en todas sus costas con la implicación de la armada rusa y la aviación. La movilización abarcará el Mar Mediterráneo, el Océano Atlántico, el Océano Pacífico, el Mar del Norte, el Mar Negro y el Mar de Ojotsk.
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