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03 de mayo de 2024

El primer ministro británico, Boris Johnson, comparece en la Cámara de los Comunes este miércoles

El primer ministro británico, Boris Johnson, comparece en la Cámara de los Comunes este miércolesAFP

A Boris Johnson se le abre otro frente, la ex titular de Transporte denuncia que la cesaron por ser musulmana

Nusrat Ghani acusa de islamofobia y de haber sido  víctima de chantaje, con amenazas de arruinar su reputación, al Partido Conservador

Más complicaciones para Boris Johnson. La ex secretaria de Estado de Transporte, con rango de ministra, y diputada conservadora Nusrat Ghani, denunció que fue obligada a dejar el Ejecutivo, por profesar la religión musulmana. De 49 años, Ghani denunció una «islamofobia» rampante en el Gobierno de Johnson y un acoso similar al que denuncian sus colegas que exigen la dimisión del primer ministro por el «partygate».
La renuncia de la diputada se produjo a principios de 2020 en el marco de una reforma del área que dirigía. En declaraciones a The Sunday Times, asegura que su destitución se la comunicó Boris Johnson en su residencia. Posteriormente, un miembro del partido le expuso los verdaderos motivos de la misma. En ese momento, dice que se sintió, «humillada e impotente. Fue como recibir un puñetazo en el estómago», recuerda en el diario británico.
Según su testimonio, en el partido le confirmaron que su «condición de musulmana producía incomodidad entre sus compañeros de Gabinete». Cuando descubrió que ese y no otro era el verdadero motivo de su cese, protestó con insistencia. La reacción con la que se encontró, según sus palabras, fue similar a la que denuncian estos días los diputados tories que piden la expulsión de Johnson por las fiestas de Downing Street en plena pandemia, cuando estaban prohibidas y en la víspera de las exequias del duque de Edimburgo. Entonces, según narra, la amenazaron con «arruinar su carrera y su reputación».
Nus Ghani

Nus Ghani@Nus_Ghani

Inicialmente Nusrat pensó que su alejamiento del departamento respondía al contexto político del momento. «Cuando el primer ministro me dijo que quería que me marchase del Gobierno en el ajuste de febrero de 2020, me sorprendí pero pensé que era por la realidad de la política». Al poco tiempo, la diputada, que representa a la circunscripción de Wealden (sur de Inglaterra), descubrió que las razones verdaderas de su destitución eran por su condición de musulmana. La verdad se la reconoció uno de los responsables de disciplina del partido que la prensa local identifica: Mark Spencer, sería el hombre que le dijo lo problemático que resultaba para sus colegas que fuera musulmana.
Spencer, niega la mayor y salió a desmentir que hubiera sido él. de paso, aprovechó para calificar de, «totalmente falsas y difamatorias» las afirmaciones de Ghani. La diputada también reveló que había recibido críticas por no haberse esforzado lo suficiente para defender al partido cuando recibía acusaciones de islamofobia, exactamente lo que ella denuncia ahora que padeció.

El mismo modus operandi que denunció William Wragg

La denuncia de Nusrat Ghani se produce 24 horas después de que el diputado conservador William Wragg, presidente del Comité de Administración Pública y Asuntos Constitucionales de la Cámara de los Comunes, hiciera lo propio y acusara al Gobierno de amedrentar, chantajear y amenazar a los diputados que piden la expulsión de Johnson por el «partygame», con filtrar información a los medios de comunicación para hundirles su carrera. A estos les aconsejó que hicieran la denuncia en la Policía y al portavoz de la Cámara de los Comunes.
Como víctima de ese tipo de chantaje se había manifestado anteriormente el diputado Christian Wakeford, antes de pasarse a las filas de la oposición laborista, al declarar, como Ghani, que responsables de la disciplina parlamentaria de los «tories» le habían amenazado con perder una partida de dinero para financia un nuevo colegio en su circunscripción de Bury South (norte de Inglaterra,  si no apoyaba al Gobierno.
Un informe de hace dos años, sobre supuestos casos de islamofobia en el Partido Conservador, recogió más de 1.400 quejas pero en las conclusiones finales se aseguraba que no existían pruebas de «islamofobia institucionalizada». 
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