Habrá que esperar la confirmación de Ucrania o pruebas sólidas que demuestren que, en efecto, el batallón Azov, los últimos que resistían la embestida de las fuerzas rusas en la acería de Mariúpol, se ha rendido.
Según el ministerio de defensa ruso, 265 soldados ucranianos, sacaron la bandera blanca y se entregaron hoy. La situación, al parecer, se hacía ya insostenible. Los heridos empeoraban, no había medicinas, ni equipamiento sanitario y la hambruna empezaba a causar estragos.
«En las últimas 24 horas, 265 combatientes depusieron sus armas y se rindieron, incluyendo 51 que estaban gravemente heridos», señala el comunicado difundido por Afp.
Las autoridades rusas precisaron que aquellos que necesitaban asistencia médica fueron trasladados a un hospital en Novoazovsk.
Ayer el Ministerio de Defensa ucraniano anunció que 264 combatientes de ese país fueron evacuados a territorio controlado por Rusia, entre ellos 53 «gravemente heridos».
El viceministro de Defensa ucraniano, Ganna Malyar, declaró que los prisioneros serán sometidos a un «procedimiento de intercambio».
Las autoridades ucranianas dijeron la semana pasada que más de mil soldados ucranianos, 600 de ellos heridos, estaban dentro del complejo industrial, con kilómetros de galerías subterráneas.
Permanecieron atrincherados tras soportar durante más de un mes el asedio de Mariúpol, intensamente bombardeada por el ejército ruso desde el inicio de la invasión a Ucrania, el 24 de febrero.