Irma García era profesora del cuarto curso en la escuela primaria Robb Elementary, Uvalde, Estado de Texas, desde hacía 23 años. Fue una de las víctimas del brutal tiroteo a manos de Salvador Ramos: el asesino, de 18 años, segó las vidas de 19 niños y dos adultas.
Dos días más tarde, se suma otra víctima a la tragedia: Joe, el marido de García, murió de un infarto. Su familia opina que la causa de muerte fue en realidad «un corazón roto», por la desgarradora pérdida de su mujer.
Guadalupe ‘Joe’ García tenía 50 años de edad, y llevaba tres décadas enamorado de Irma. Fueron pareja en el instituto. Juntos, tuvieron cuatro hijos, que ahora son huérfanos. Dos de ellos todavía son menores.
La devoción era mutua. Por ejemplo, cuando el colegio Robb Elementary pidió a todos sus profesores un corto párrafo biográfico para la página web, Irma García dedicó una línea del suyo a Joe: «Me encanta hacer barbacoas con mi marido», había escrito la docente, que incluyó también, con orgullo, los logros de sus hijos.
La mañana de su muerte, Joe volvía de camino a casa. Regresaba del memorial de su difunta mujer, donde fue a colocar un ramo de flores, cuando «simplemente, se cayó al suelo», explicó al periódico The New York Times su sobrino, John Martinez.
«Por favor, rezad por nuestra familia. Realmente, creemos que Joe murió de un corazón roto. Perder al amor de su vida después de más de 25 años fue demasiado, y no pudo soportarlo», escribió un familiar en una publicación de la campaña.
Aunque no han salido a la luz los detalles completos de la muerte de Joe García, varias investigaciones a lo largo de la historia han demostrado que la muerte de un esposo es una de las circunstancias más estresantes que puede sufrir una persona. El luto puede resultar mortal; se llama «el síndrome del corazón roto».