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08 de mayo de 2024

Las ruinas que quedan de la planta siderurgica Azovstal

Las ruinas que quedan de la planta siderurgica AzovstalTwitter / @ZMiST_Ua

123 días de guerra en Ucrania

Rusia construirá «una zona de ocio» sobre las ruinas de la planta siderúrgica Azovstal

El complejo, símbolo de la resistencia ucraniana en Mariúpol, quedó completamente destruido durante la batalla

La planta siderúrgica del Azovstal se convirtió en un símbolo de la resistencia ucraniana: allí aguantaron los últimos combatientes de Mariúpol, y en sus entrañas se refugiaron cientos de civiles. Ahora que está bajo el control de Moscú, los rusos tienen ya un plan para el complejo: en cuanto acabe la guerra, lo convertirán en zona de ocio.
Mariúpol vivió casi tres meses de sangrientos ataques. Tras rendirse los 2.500 soldados ucranianos que defendieron la planta hasta el final, Rusia ocupó este enclave portuario en el sur de Ucrania, que está prácticamente en ruinas tras la violencia y las batallas.
Pero no planean restaurar su infraestructura. Según declaró el viceministro ruso Marat Khusnullin, «no hará falta reconstruir el Azovstal. Esta zona pude seguir funcionando como parque industrial o zona de ocio». El político añadió que las obras ya estaban en marcha.
También Denis Pushilin, líder de los separatistas de la región del Donetsk, afirmó que la planta siderúrgica podría convertirse en parque o complejo residencial. Una de las ideas que Moscú baraja para la zona de Mariúpol, que está a orillas del mar Azov, es desarrollar allí el turismo.
En declaraciones a medios dirigidos por el Kremlin, Pushilin agregó que la destrucción del Azovstal a manos de las fuerzas rusas, que dejó más de 3.000 muertos, tuvo su lado positivo: ahora, el aire de la zona «es mucho más limpio».
El Gobierno de Ucrania estima que decenas de miles de personas murieron en Mariúpol, y que el 90% de sus edificios están destruidos o dañados. La gran mayoría de los habitantes de esta ciudad, que antes de la guerra era alrededor de 450.000, han huido, o han sido deportados a Rusia y Bielorrusia.
En cuanto a las expectativas turísticas de Mariúpol, la ciudad tardará años en deshacerse de los fantasmas de la guerra: bajo los escombros, hay cientos o incluso miles de cadáveres, y los oficiales locales advierten de un posible brote de cólera.
Sin embargo, puede que el turismo sea la única opción que queda para la planta del Azovstal. Su dueño, el hombre más rico de Ucrania Rinat Akhmetov, anunció que pensaba demandar a Rusia por 20 mil millones en daños y perjuicios por la destrucción de la planta.
En abril, su compañía, Metinvest, declaró que «jamás operaría bajo ocupación rusa».
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