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24 de abril de 2024

La víctima, Kacey Bass, y Roderick Randall, novio de su madre y dueño del arma que la mató

La víctima, Kacey Bass, y Roderick Randall, novio de su madre y dueño del arma que la matóTwitter / @OliviaIversonTV

Historia de un crimen

Descuido letal: un niño de ocho años mata a su hermanastra bebé con la pistola de su padre

Roderick Randall dejó su arma descuidada, y su hijo sabía donde estaba guardada

Roderick Randall es culpable del asesinato de su hijastra de un año. O al menos, lo es a efectos prácticos: fue él quien dejó una pistola desprotegida, sin medidas de seguridad, y de fácil acceso. Por eso, la justicia de Florida lo culpa de la muerte de la pequeña, aunque quien realmente apretó el gatillo fue su otro hijo, un menor de ocho años de edad.
El incidente tuvo lugar en el Lion Motel, hostal de Pensacola, Florida. Randall estaba allí junto a su pareja, y la pequeña familia de ambos: el hijo de Randall, y las tres hijas de la novia, un par de gemelas de dos años y la víctima del asesinato, de uno, llamada Kacey Bass.
«En cierto momento, Roderick abandonó el hotel, pero dejó su pistola en el armario. Por lo visto, pensaba que el arma estaba en una funda segura, pero no lo estaba», relató el sheriff Chip W. Simmons, del condado de Escambia.
El agente policial contó como el hijo de Randall, que sabía dónde guardaba su padre la pistola, fue a por ella mientras jugaba con sus hermanastras.
Fue entonces cuando sucedió la tragedia. Mientras el chaval jugaba con el arma, apretó sin querer el gatillo. La bala salió disparada hacia la niña más pequeña de la habitación, y la atravesó, matándola. Después, hirió a una de las gemelas, aunque sin llegar a asesinarla. La chiquilla está herida, pero se recuperará.
El sheriff Simmons, apenado por este asesinato sin sentido, culpa únicamente a Roderick Randall, que en aquel momento estaba fuera. Cuando volvió al motel, se encontró con la peor escena de su vida. Según la teoría de la comisaría, Randall regresó, tomó la pistola y también algunas drogas, y volvió a desaparecer. No volvería hasta después de un largo rato.
De momento, Randall está libre, tras pagar una fianza de 41.000 dólares. Ya ha estado encarcelado por el Departamento Correccional de Florida en tres ocasiones desde 1995: una por narcotráfico, otra por enfrentarse a un policía violentamente, y otra por agresión agravada con un arma.
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