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25 de abril de 2024

El presidente estadounidense, Joe Biden, durante su discurso en Filadelfia

El presidente estadounidense, Joe Biden, durante su discurso en FiladelfiaJim Watson / AFP

Biden le echa un cable a la UE y exige a Liz Truss que respete los acuerdos del Brexit

El presidente estadounidense Joe Biden dejó claro que EE.UU. no comerciaría con Londres si Truss deshace el Protocolo de Irlanda del Norte

Liz Truss no ha tardado en ponerse manos a la obra como nueva primera ministra de Reino Unido, pero Estados Unidos no quiere que se embale.
Tras felicitarle por su victoria electoral, la Casa Blanca demostró una posición claramente favorable a la Unión Europea en el tema del Brexit, al pedirle que respete los acuerdos iniciales y el Protocolo de Irlanda del Norte.
Con Truss a la cabeza del Gobierno británico, la amenaza de deshacer parte del Protocolo oscila sobre la Unión Europea. La primera ministra no descarta el aprobar una ley que revoque las secciones del acuerdo, que, según los tories, perjudican a Reino Unido.
Pero Estados Unidos se puso de parte del bloque europeo, y utilizó el comercio como moneda de cambio. Durante una sesión informativa en la sala de reuniones de la Casa Blanca, su portavoz Karine Jean-Pierre compartió los detalles de la primera conversación telefónica entre Truss y el presidente Joe Biden, centrada en las posibles relaciones comerciales entre Londres y Washington.
«De momento, no ha habido acuerdos formales entre ambos países, pero socavar el Protocolo de Irlanda del Norte no crearía un ambiente propicio para los diálogos comerciales entre EE.UU. y Reino Unido», señaló Jean-Pierre, y estableció así la posición oficial de Washington respecto al post-Brexit británico: dar marcha atrás en los acuerdos sería un obstáculo para sus relaciones.
El Protocolo de Irlanda del Norte es el acuerdo entre Londres y la Unión Europea sobre cómo gestionar el Brexit con una frontera abierta entre las dos irlandas, como establecieron los acuerdos del Viernes Santo de 1998. Sin embargo, a efectos prácticos, crean una «nueva frontera» entre Irlanda del Norte y la Inglaterra post-Brexit. Dificultan el comercio entre ambas regiones y minan la autoridad de Londres sobre el territorio.
Diálogos interminables con la Unión Europea han resultado en una reducción de las inspecciones aduaneras y demás burocracia, en este tratado que Estados Unidos ayudó a negociar.
La tensión se hizo evidente al comparar las versión oficial de la conversación compartida por cada Gobierno. La Casa Blanca firma que ambos líderes «dialogaron sobre su compromiso mutuo por la protección del acuerdo del Viernes Santo, y la importancia de respetar los acuerdos con la Unión Europea sobre el Protocolo de Irlanda del Norte».
Sin embargo, el comunicado del número 10 de Downing Street, más escueto, señala simplemente que Truss y Biden «estuvieron de acuerdo sobre la importancia de proteger el tratado del Viernes Santo».
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