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26 de abril de 2024

Xi Jinping (izq.) durante la sesión inaugural del XX Congreso del Partido Comunista chino

Xi Jinping (izq.) y el expresidente Hu JintaoAFP

XX Congreso del Partido Comunista chino

Qué representa Hu Jintao y de dónde vienen sus diferencias con Xi Jinping

El congreso empezó con ambos juntos pero terminó con la expulsión televisada del expresidente, símbolo de la «debilidad» que Xi quiere borrar

Una imagen vale más que mil palabras y los comunistas chinos, que controlan milimétricamente la propaganda del partido único, sabían lo que hacían cuando expulsaban a Hu Jintao del XX Congreso del Partido Comunista chino. Pero ¿qué simboliza Hu Jintao y qué mensaje quería enviar Xi Jinping?
Jintao, un veterano político chino, nació en 1942 en una familia de comerciantes en Taizhou, provincia de Jiangsu cercana a Shanghái. En su juventud, se distinguió académicamente en la carrera de ingeniería hidroeléctrica de la Universidad de Tsinghua en Pekín.
Estando en la universidad fue reclutado por el Partido Comunista chino (PCCh) y tras graduarse como ingeniero en 1965 fue enviado a trabajar durante un año como obrero de la construcción en la provincia de Gansu durante la Revolución Cultural.
En Gansu, conoció a Song Ping –uno de los siete miembros permanentes del Politburó–, quien sería su principal valedor así como el impulsor de su ascenso en el partido. Para 1982, con 40 años, Song lo había designado para una serie de puestos partidarios y le presentó al entonces secretario general del PCCh, Hu Yaobang.
Jintao se mudó a Pekín y ascendió a secretario general de la Liga de la Juventud Comunista China y en 1985 fue nombrado secretario del partido para la provincia de Guizhou. En 1987 fue nombrado miembro del Comité Central del PCCh y fue enviado al Tíbet, donde en 1989 impuso la ley marcial para controlar y someter a los tibetanos.
Cuando Song Ping se retiró en 1992 del Politburó comunista presionó con éxito para que Jintao lo reemplazara en el puesto de la cúpula del poder chino. En 1998 fue elegido vicepresidente de China y para 2002, Jintao se había convertido en el heredero aparente del presidente Jiang Zemin, a quien finalmente sustituyó como secretario general del PCCh en noviembre de ese mismo año.
En marzo de 2003, Jintao fue elegido presidente de China por el «Congreso Nacional del Pueblo» y ejerció ese cargo por 10 años hasta que en 2013 el partido eligió a Xi Jinping para reemplazarlo.

El repudio de Xi hacia Hu Jintao

Aunque el presidente Xi y el expresidente Jintao estuvieron juntos hace una semana durante la inauguración del congreso en Pekín, el plan aparente era clausurar el encuentro castigando los desaciertos del pasado que Jintao representa. Es por eso por lo que el evento ha concluido con con el repudio público y la expulsión a la vista de todos del expresidente del gran Salón del Pueblo.
El presidente de China, Xi Jinping (izquierda), aplaude con el miembro del Comité Permanente del Politburó, Li Zhanshu, mientras se paran a cada lado del asiento vacío del expresidente Hu Jintao durante la ceremonia de clausura del XX Congreso del Partido Comunista Chino

Xi Jinping (Iz), aplaude con el miembro del Comité Permanente del Politburó, Li Zhanshu, separados por el asiento vacío del expresidente Hu Jintao durante la ceremonia de clausura del XX CongresoAFP

En palabras de Xi, durante el mandato de Jintao «había dentro del partido una falta de entendimiento claro, falta de medidas efectivas y una tendencia a la debilidad» de las que su liderazgo pretende desmarcarse totalmente.
Xi ha forjado su liderazgo sobre la imagen de un reformista que aspira a la grandeza de China «realizado algunos ajustes basados en desafíos realistas a medida que los tiempos cambiaron drásticamente», publicó esta semana el diario estatal chino Global Times. El medio de propaganda china destacó que Xi está impulsando planes de revitalización rural con la intención de «sacar a 800 millones de personas de la pobreza absoluta».
Asimismo, el aparato de propaganda del régimen de Pekín, ahora al exclusivo servicio de Xi, lo posiciona como el propulsor de las políticas que colocan a la ciencia y la tecnología como las principales fuerzas productivas de China y símbolos de «poder independiente de la nación a pesar de enfrentar los bloqueos tecnológicos de los EE.UU.», agrega el Global Times.
Lo más probable es que la inusual escena, deliberadamente fuera del hermetismo que caracteriza al régimen de Pekín, es parte de la campaña por terminar de sellar una imagen única, disruptiva y de futuro del «nuevo gran líder» en el que ya se convirtió a Xi.
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