Protestas en Lima de partidarios del expresidente golpista Pedro Castillo en enero de 2023 para exigir la dimisión de Dina Boluarte
Perú
Lima en llamas por las manifestaciones contra Dina Boluarte, que resiste
La gran manifestación de este jueves en Lima para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte derivó en violentos enfrentamientos con las fuerzas del orden.
En Arequipa, segunda ciudad más poblada de Perú, un manifestante murió y otros 10 resultaron heridos durante una batalla campal entre las fuerzas del orden y un millar de indignados que intentaba tomar el aeropuerto.
El deceso elevó a 45 el total de fallecidos –44 civiles y un policía– desde que estalló la crisis el pasado 7 de diciembre.
En Lima, el intentó de la policía de evitar la llegada de un grupo de manifestantes al Congreso dio lugar a enfrentamientos en el centro de la ciudad.
Las fuerzas del orden actuaban con gases lacrimógenos mientras los manifestantes les atacaban con adoquines arrancados de las aceras, según informaron periodistas de la Afp.
«Estamos aquí luchando por un motivo justo. Queremos que cierren el Congreso», declaró una campesina de la región de Ayacucho, a 330 kilómetros al sureste de Lima.
En Lima, las autoridades desplegaron 11.800 efectivos en las calles para controlar los disturbios.
Anoche un incendio acabó con un antiguo edificio parcialmente deshabitado cerca de la plaza San Martín, donde se agrupaban centenares de manifestantes.
«He venido a Lima para defender la patria porque hay mucha corrupción. Dina no nos representa. Vamos a quedarnos una semana para seguir protestando», afirmó a Afp un manifestante proveniente de Puno, al suroeste de Perú.
Los aeropuertos de Cuzco y de Arequipa suspendieron su actividades por motivos de seguridad, al igual que el servicio de ferrocarriles entre Cuzco y la ciudadela inca Machu Picchu, informó la compañía operadora.
La toma de Lima
El secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), organización que está detrás de la marcha, augura una protesta de larga duración.
«Las marchas continuarán. Los manifestantes de todas las regiones del país han admitido que no regresarán a sus a sus ciudades hasta que Dina Boluarte no renuncie», sentenció Gerónimo López, líder sindical.
A pesar de que el gobierno decretó el domingo un estado de emergencia durante 30 días en Lima, Cuzco, Callao y Puno que permite la intervención militar, el dirigente sindical precisó que «no existe autorización de la policía porque no es obligatoria en una manifestación social».
«A las hermanas y hermanos que sí quieren trabajar en paz, que sí quieren aportar ingresos a sus hogares para sostener sus familias, y también a los que están participando en estas protestas, a los que se han trasladado de las provincias a la capital, no me voy a cansar de hacer un llamamiento al diálogo», declaró Boluarte.
La presidenta reiteró finalmente que los «actos de violencia generados a lo largo de diciembre y ahora en enero no quedarán impunes».
Perú vive estas protestas desde que el 7 de diciembre el presidente izquierdista Pedro Castillo fue destituido por el Congreso y arrestado por un fallido golpe de Estado con el cual intentó cerrar el Parlamento, gobernar por decreto y convocar a una Asamblea Constituyente.
La crisis también refleja la inmensa brecha que existe entre la capital y las provincias pobres que respaldan al presidente Castillo, de origen indígena, y que veían en su elección una forma de revancha contra el desprecio de Lima.
Yo os llamo a tomar Lima, sí, pero en paz, en calmaPresidenta de Perú
La presidenta Boluarte llamó a la calma el lunes: «Sabemos que quieren tomar Lima por todo lo que salió en las redes durante las jornadas del 18 y 19 de enero. Yo os llamo a tomar Lima, sí, pero en paz, en calma».
Boluarte era la vicepresidenta de Castillo, a quien reemplazó según establece la Constitución. La actual presidenta proviene del mismo partido, pero la imagen que refleja a los manifestantes es de «traidora».
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