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18 de abril de 2024

Navalny Tribunal Rusia

Alexei Navalny habló ante la corte de apelación por videollamadaAFP

334 días de guerra en Ucrania

El equipo de Navalny denuncia que le están «asesinando lentamente» en la cárcel

Los colaboradores del opositor revelan que ha sido enviado a celdas de aislamiento de manera continuada y que se le ha negado asistencia médica estando enfermo

El opositor por excelencia del régimen de Vladimir Putin, Alexei Navalny, encarcelado en una prisión de máxima seguridad, en Mélejovo, en el óblast de Vladimir, a 250 kilómetros al este de Moscú, denuncian sus más cercanos colaboradores, se encuentra en un muy mal estado de saludo. Relatan que ha sido enviado hasta en diez ocasiones a celdas de castigo en tan solo 15 días.
Navalny revela que pierde casi dos kilos por cada diez días que pasa en las celdas de aislamiento, cuyas dimensiones son minúsculas y donde, únicamente, tiene a su disposición una taza, un libro, un taburete de metal fijado al suelo y un catre que se pliega durante el día.
Según publica The Washington Post, cientos de médicos, abogados y legisladores rusos han firmado una carta abierta exigiendo el fin de este trato vejatorio hacia el opositor, después de que a Navalny se le negaran medicamentos, el acceso a una clínica, o incluso el derecho a tumbarse durante el día mientras estaba enfermo.
Actualmente, Navalny está condenado a 11 años y medio por fraude y violación de la libertad condicional. Asimismo, se enfrenta a otros cargos que podrían ampliar su estancia en la cárcel. Los colaboradores del opositor, su mayoría en el exilio, están organizando una campaña a nivel mundial, para conseguir su liberación.
Alexander Polupan, médico moscovita que colaboró en la evacuación médica de Navalny a Alemania después de que las autoridades lo envenenaran, denunció que la falta de tratamiento médico fue «absolutamente inaceptable», según recoge The Washington Post.
El profesional sanitario colaboró en la elaboración de una carta abierta a Putin, para exigir asistencia médica. «Está en la cárcel por todos nosotros», dijo. «Tenemos que ayudarle como podamos. Hay muy pocas cosas que podamos hacer por él. Tenemos que hacer lo que podamos, a pesar del riesgo».
Aunque esto no es lo único a lo que tiene que hacer frente el opositor, desde noviembre, los funcionarios de la prisión le impusieron un régimen ultraestricto de manera permanente. Esto supone que lo mantienen en una celda de dimensiones mínimas y, por supuesto, tiene prohibidas las visitas de cualquier familiar o las llamadas. La única diferencia con la celda de aislamiento, apuntan sus colaboradores, es que recibe un libro extra y café, en lugar de agua caliente.
Su secretaria de prensa, Kira Yarmysh, expresó que realmente teme por su vida. «Obviamente están tratando de torturarlo», dijo Yarmysh, como recoge The Washington Post. También denuncia que se trata de una forma «lenta de volver a asesinarlo». «Tratan de torturarlo para asustar a otras personas», destacó.
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