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28 de abril de 2024

Prigozhin Grupo Wagner

Captura del vídeo donde Prigozhin anuncia la liberación de antiguos prisioneros que combatieron con el Grupo WagnerRedes sociales

336 días de guerra en Ucrania

El Grupo Wagner cae en desgracia y Putin margina a su líder por fracasar en la toma de Bakhmut

El presidente ruso intenta recuperar la preeminencia del Ejército ruso en Ucrania tras meses de protagonismo de los mercenarios del Grupo Wagner

Las relaciones entre el Grupo Wagner y el Kremlin están muy deterioradas, casi al borde de la ruptura. La conquista de la ciudad de Soledar, tras semanas de sangrientos combates, lejos de situar al líder de los mercenarios, Yevgeny Prigozhin, en la cúpula de las decisiones tomadas por Rusia en la guerra, como pretendían, lo han dejado a los pies de los caballos.
La cúpula militar rusa ve con gran desconfianza el creciente poder del jefe del Grupo Wagner y cómo sus mercenarios han asumido funciones propias del Ejército ruso.
Las críticas de Prigozhin al alto mando militar y al Ejército no dejaban lugar a dudas: Wagner buscaba hacer una OPA hostil a los militares.
El reciente nombramiento como comandante en jefe de las operaciones rusas en Ucrania del jefe del Estado Mayor, general Valeriy Gerasimov, no solo tiene como objetivo preparar la gran ofensiva rusa sobre Ucrania prevista para primavera.
Gerasimov llega a Ucrania para poner orden entre las desmoralizadas e indisciplinadas tropas rusas y cortar por lo sano con las aspiraciones de Prigozhin.
Una de sus primeras medidas ha sido poner fin a las pretensiones de Prigozhin de convertirse en un señor de la guerra con la zona de Bakhmut-Soledar como feudo.
Gerasimov rebajó el protagonismo del grupo desplazando a tropas convencionales a la primera línea del frente.
Las palabras de Prigozhin tras la caída de Soledar –«quiero subrayar, una vez más, que nadie, excepto Wagner, participó en la tormenta de Soledar»– resuena, y escuece, en los oídos de Gerasimov y sus generales. Y para ellos ha llegado el momento de la revancha.
El alto mando ruso pretende recuperar la hegemonía de la guerra en el bando ruso mediante una victoriosa ofensiva.
Sin embargo, la resistencia ucraniana, con los nuevos sistemas defensivos y ofensivos occidentales cedidos al Ejército ucraniano, será feroz. Las probabilidades de éxito ruso en una futura gran ofensiva no están claras.
En caso de catástrofe, Prigozhin podría volver a hacer valer las capacidades militares de sus mercenarios frente a las incapacidades de las tropas regulares y hacerse con su ansiado feudo ucraniano.
Según el Institute for the Study of War (ISW) la marginación de Wagner dentro de las fuerzas rusas en Ucrania es ya una realidad.
La excusa esgrimida por los generales para forzar al Kremlin a retirar la confianza en Prigozhin es el fracaso del intento de conquistar Bakhmut.
El líder de Wagner trata de esgrimir la conquista de Soledar como gran trofeo, incluso comparó su toma con la batalla de Stalingrado durante la Segunda Guerra Mundial. Pero Soledar se considera una pieza de menor importancia en el Kremlin.
El ISW afirma que Putin ha decidido desprenderse de la dependencia del Grupo Wagner y volver a dar el protagonismo al Ejército convencional.
Ese sería el principal motivo del desembarco de Gerasimov en Ucrania, una figura que había quedado muy tocada tras el repliegue ruso de Kiev.

La facción siloviki

El informe del ISW habla de un pequeño grupo de poder dentro del Kremlin denominado siloviki. Este grupo, al que pertenece Prigozhin, está formado por empresarios y jerarcas rusos que han atesorado fortuna y poder en el entramado ruso gracias a compañías militares privadas constituidas al margen del Ejército ruso.
Gracias a Wagner, los miembros de siloviki habrían obtenido un enorme poder y autonomía frente al Kremlin.
Estos movimientos generan gran intriga y preocupación en los servicios secretos occidentales. Es cierto que la caída en desgracia de Prigozhin implicará una disminución de la influencia del Grupo Wagner en las decisiones del Kremlin.
Pero el renovado protagonismo del Ejército regular implica que el alto mando militar ha logrado reconstruir sus debilitadas estructuras.
¿Hasta qué punto este «nuevo» Ejército de Putin está capacitado para arrollar las defensas ucranianas? Es algo que se comprobará en pocas semanas, cuando la guerra reinicie de cero con una ofensiva rusa que, sea cual sea su resultado, dará la vuelta al tablero.
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