Performance con ecos soviéticos en el estadio Luchnikí de Moscú, donde el presidente ruso, Vladimir Putin, ha sido el invitado estrella del concierto-mitin organizado por el Kremlin para celebrar el Día del Defensor de la Patria.
Pletórico, el mandatario ruso accedió al recinto deportivo entre gritos de «¡Rusia, Rusia!» de la enfervorecida masa de leales a Putin.
«Cuando estamos juntos no hay nadie como nosotros. Por la unidad del pueblo ruso, ¡Hurra!», arengó Putin. A continuación, todos firmes escucharon los atronadores acordes del himno de la antigua Unión Soviética que, convenientemente maquillado con una nueva letra, ejerce de himno nacional de la Federación Rusa.
Los mensajes transmitidos por Putin seguían la misma línea de su discurso de ayer ante el Parlamento: muchas frases hechas patrióticas, muchas falsedades y poco contenido. En definitiva, un discurso que muestra que el presidente ruso vive ajeno a la realidad de sus tropas en el campo de batalla.
«Todo el pueblo es defensor de la patria». «Rusia está luchando por sus tierras históricas». «Los combatientes rusos luchan con heroísmo y valentía. Rusia está orgullosa de ellos», fueron algunas de las frases pronunciadas por Putin en su breve discurso de poco más de dos minutos ante los 200.000 asistentes al concierto.
Como una coda a las palabras de Vladimir Putin, el presentador del evento despidió al presidente: «Todos sabemos que lo que está pasando ahora acabará en nuestra victoria». Palabras que volvieron a desatar el furor de la masa: «¡Rusia, Rusia!».
Mientras tanto, la Duma ratificó la decisión adoptada por Putin, y anunciada ayer durante el discurso ante el Parlamento, de suspender de forma unilateral el último tratado de desarme en el que se mantenía, el START III, que limitaba las cabezas nucleares e impedía atacar a un país sin arsenal nuclear.