Fundado en 1910

04 de mayo de 2024

La exvicepresidenta del Parlamento Europeo, Eva Kaili

La exvicepresidenta del Parlamento Europeo, Eva KailiAFP

El Debate en Bruselas

Un informe interno del Qatargate revela que los socialistas europeos fueron laxos con la corrupción

La mayor parte de los imputados por el caso de corrupción formaban o habían formado parte del grupo de los Socialistas y Demócratas (P&S)

La Unión Europea se vio sacudida, el pasado mes de diciembre, por un escándalo de corrupción, bautizado como el Qatargate y posteriormente Moroccogate. El grupo de los Socialistas y Demócratas (P&S) del Parlamento Europeo se vio salpicado de lleno por este caso. Ahora, un nuevo informe interno del P&S revela que los socialistas europeos miraron para otro lado.
En un documento de 50 hojas, los expertos, encargados del informe, explican que la investigación se inició en julio de 2022, liderada por la Oficina Central para la Represión de la Corrupción, una unidad de la Policía Federal belga -basándose en información recibida de la Policía italiana y griega- sobre una presunta organización delictiva.
Las pesquisas acabaron con la detención, en diciembre de ese mismo año, de la eurodiputada socialista griega y entonces vicepresidenta del Parlamento Europeo, Eva Kaili. Pero el caso de corrupción no se quedó ahí, tras Kaili también cayeron su pareja, Francesco Giorgi, que fue el asistente profesional de otro de los imputados, Antonio Panzeri exeurodiputado socialista, al igual que Marc Tarabella y, por último, Niccolo Figa-Talamanca, presidente de una ONG de derechos humanos.
Una vez el fervor informativo se disipó, el Qatargate se ha quedado en el olvido, hasta ayer, con el nuevo informe interno del S&P. El documento aclara que la investigación sigue en curso, pero que la dimensión del caso puede apreciarse en el millón y medio de euros incautados en efectivo en los domicilios y cajas de seguridad de tan sólo unas pocas personas (miembros o ex miembros del Parlamento Europeo).
Los cargos que se investigan son por presuntos delitos de organización criminal, blanqueo de capitales y corrupción mediante soborno y tráfico de influencias. El objetivo es, según apunta el texto, la normativa europea relativa a la liberalización de los visados de entrada en la UE, y, más ampliamente, la opinión pública para ayudar a mejorar la reputación de algunos Estados del Golfo, por ejemplo, en materia de Derechos Humanos, en el marco del Mundial de Qatar.
Como consecuencia, los expertos subrayan la falta de normas internas del P&S para hacer frente a la corrupción. Entre los muchos fallos enumerados por los investigadores, uno fue que el Grupo no presionó a los eurodiputados para que revelaran sus conflictos de intereses antes de ser nombrados para puestos de relevancia en el Parlamento.
«Las normas relativas a los intereses financieros parece haber sido laxa», reza el informe, que resalta que los diputados «con declaraciones cuestionables» no fueron perseguidos sistemáticamente. Asimismo, señala que a la oficina antifraude de la UE, la OLAF, se le negó el acceso a las oficinas de los eurodiputados, así como a sus correos electrónicos y ordenadores.
El Qatargate supuso un duro golpe para la credibilidad de la Unión Europea pero, sobre todo, para el Grupo Socialista. La investigación aún sigue abierta y todavía queda muchas preguntas por resolver. Una de las principales señaladas en este caso de corrupción, Eva Kaili ya ha amenazado con que está dispuesta a volver a desempeñar sus funciones en la Eurocámara, su grupo ha hecho oídos sordos.
Comentarios
tracking