Los principales líderes de los partidos de Países Bajos que concurren a las elecciones de este miércoles
Elecciones
Bronco final de campaña en los Países Bajos
Un tenso debate televisivo celebrado en Rotterdam entre los líderes de los seis principales partidos de los Países Bajos (Partido de la Libertad, Nuevo Contrato Social, Partido Popular por la Democracia, Izquierda Verde/Laboristas, Movimiento Ciudadano Campesino y Demócratas 66) ha sido el último acontecimiento antes de las elecciones legislativas de hoy. Lo hicieron bajo la sombra de la última encuesta.
Esta última sugiere que la coalición de izquierdas Izquierda Verde/Laboristas, encabezada por el exvicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, había repuntado en las intenciones de voto, empatando en escaños –27 escaños de un total de 150– con el partido que ha liderado los últimos cuatro gobiernos, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) de Dilan Yeşilgöz-Zegerius.
La encuesta también mostró un aumento de seis escaños, de 20 a 26, para el Partido por la Libertad del populista Geert Wilders, muy crítico con la presencia islámica en el país, que ha basado campaña en torno a la desconfianza hacia el Gobierno y en la voluntad de detener la inmigración.
En cambio, el apoyo al antiguo democristiano Pieter Omtzigt y su Nuevo Contrato Social, revelación de la campaña, ha bajado cuatro escaños, de 25 a 21, aunque después del sondeo Omtzigt dijo que sería candidato a primer ministro, una posibilidad cada vez más remota si se tiene en cuenta que desde 1982, el jefe del Gobierno ha sido siempre el líder del partido más votado en los comicios.
Esta incertidumbre ha sido la causante del tono bronco que ha caracterizado el debate. Baste decir que las interrupciones fueron constantes. Por ejemplo, las protagonizadas por Caroline van der Plas, del Movimiento Campesino-Ciudadano, y Rob Jetten, del liberal Demócrata D66. En un momento dado, Van der Plas estalló diciendo que era «superirritante» ser interrumpida por Jetten, Además de no dejar hablar el uno a la otra, no estuvieron de acuerdo en casi nada. La excepción fue la crisis de la vivienda.
Los comentarios punzantes se hicieron extensivos a otros candidatos. Yeşilgöz-Zegerius atacó a Timmermans por los costes de sus planes de igual social y clima. El antiguo peso pesado de la Unión Europea replicó que Yeşilgöz-Zegerius debería asumir su responsabilidad por los recientes escándalos del Gobierno sobre el fraude en las prestaciones de guardería y por ignorar los daños causados por el terremoto en la extracción de gas de Groningen. «Creo que un VVD que no quiere asumir ninguna responsabilidad por los últimos 13 años no tiene vergüenza y espero que esté en la oposición durante un tiempo». Más claro, el agua.
El bronco espectáculo intervino justo cuando la nueva encuesta sugería que un sondeo anterior de la semana pasada –del que se desprendía un aumento del Partido por la Libertad de extrema derecha– también podría haber impulsado los votos progresistas de Izquierda Verde/Laboristas.
Timmermans, por su parte, se ha esforzado en convencer los votantes de izquierdas con el argumento de que una fragmentación del voto progresista desembocaría, inevitablemente en una coalición orientada a la derecha.
El argumento parece haber surtido el efecto deseado: un estudio publicado el lunes por el panel de opinión de la emisora EenVandaag sugería que la mitad de los partidarios de Timmermans le votarían estratégicamente, más que por gusto. Igual es lo más conveniente en un mapa político desmigajado antes de las elecciones y que seguirá siéndolo después: se presentan a los comicios 26 partidos o coaliciones.
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