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17 de mayo de 2024

Foto de familia de la V Cumbre Transatlántica en Nueva York

Foto de familia de la V Cumbre Transatlántica en Nueva YorkPNfV

Aniversario

Alianza internacional de 200 líderes de 40 países para rescatar el sentido original de los derechos humanos

Consideran que se ha pervertido con el pasar del tiempo y se utiliza en beneficio de determinadas fuerzas para imponer una agenda ideológica concreta

La organización Political Network for Values (Red política por los valores) reunió a más de 200 líderes políticos y civiles en la sede de Naciones Unidas en Nueva York el fin de semana pasado con el fin de rescatar el sentido original de la Declaración Universal de Derechos Humanos, un documento que consideran que se ha manipulado en beneficio de determinadas fuerzas e ideologías para imponerse por encima del resto.
Los asistentes de la V Cumbre Transatlántica representaron a más de 40 países y de ella nació lo que han denominado el Compromiso de Nueva York para celebrar el 75º aniversario de los DD.HH.
«Estamos aquí para traer al presente, en su sentido original, aquel acuerdo de 1948, debemos volver a la persona humana y, desde allí, garantizar sus derechos fundamentales. Es precisamente aquí, en Naciones Unidas, que es necesario que se escuche nuestra voz. Nosotros reivindicamos los principios básicos que inspiraron la DUDH, son principios atemporales y trascendentes», dijo José Antonio Kast, presidente de Political Network for Values y líder conservador chileno.
La eurodiputada de Vox, Margarita de la Pisa, acudió como participante. Valora «la presencia y la participación de al menos 40 países, muchos de ellos africanos e hispanoamericanos que ven como su soberanía es prácticamente inexistente».
En los últimos años, especialmente en África, la imposición de la agenda de género y otras políticas antireproductivas como el aborto han ido acompañadas de chantajes económicos por instituciones internacionales. Para que los países pobres puedan acceder a fondos de desarrollo, están obligados a aceptar determinadas políticos que suponen una violación de sus valores.
Por eso, De la Pisa subraya la importancia de que «por primera vez empieza a haber un movimiento organizado de políticos y sociedad civil que trabaje a nivel local, que quieran reabrir el debate, tener su espacio y que ven cómo trabajando se gana terreno».
El Compromiso de Nueva York 75 por los Derechos Humanos Universales nace de un amplio consenso que existe en todos los continentes sobre la necesidad afirmar la dignidad de la persona y los valores fundamentales, en especial, la vida, la familia y las libertades.
«Somos muchos los que pensamos así y estamos muy activos en lo social, en lo político y lo cultural y creemos que siempre se puede dialogar. Es nuestro deber recordar el sentido original de la DD.HH. a quienes la olvidan o quieren desvirtuarlo», afirmó Kast.

Malabares legislativos

La subversión de las legislaciones nacionales no son algo reciente. Los marcos y acuerdos que se aprueban en Naciones Unidas se venden como obligatorios gran parte de ellos pero, una vez se lee la letra pequeña, muchos no pasan de simples recomendaciones, de ahí que haya una gran diferencia a la hora de aplicarse en función de la región del planeta.
Aunque es posible hacerle frente, la eurodiputada de Vox cree que es difícil de controlar porque «actúan sin freno». Así, «primero va una legislación, luego otra, otra y otra… y cuando quieres darte cuenta tienes las manos atadas como nación y como ciudadano».
«La trampa está en que las legislaciones supranacionales no son textos que tenga un articulado tan pulcro y definido como intentó ser la Declaración de DD.HH. en su origen» explica, «ahora, las legislaciones son, por así decirlo, más de andar por casa que legales».
«No tienen rigor, pero condicionan. La ambigüedad es la norma y muchos interpretan como les conviene», se lamenta De la Pisa.
Este análisis es en parte del que se nutre la organización para lanzar el compromiso. Consideran que se han cruzado líneas que van mucho más allá de las competencias reales de Naciones Unidas guiadas por la carta de DD.HH.
De la Pisa aportó su experiencia como diputada de la Eurocámara, y es que la Unión Europea es un claro ejemplo de la extralimitación de una institución supranacional cuando no se la pone freno.
«El voto de cada ciudadano se está diluyendo en acuerdos posteriores a los votos de partidos políticos que se hacen propietarios de ese voto para traicionar lo que había prometido en un momento preelectoral», explica.
«Eso es haber acabado con la democracia, porque la democracia es que se respete la pluralidad de pensamiento», señala. Una pluralidad que es la que se pretende eliminar partiendo de unos derechos humanos que, desde su origen, promulgaron la libertad de la persona, de la familia, la libertad religiosa, la libertad de pensamiento y la libertad de expresión.
El evento de Nueva York es un rechazo frontal a la agenda ideológico que el progresismo quiere imponer porque «divide a los pueblos quebrando sus raíces más profundas», según señala la PNfV.
Consideran que «hoy todavía tenemos la oportunidad de rescatar esta forma de entender los DD.HH. originales». Con esto en mente, De la Pisa da dos soluciones por el momento.
La primera, «recuperar el sentido de trascendencia» para que se reconozca el hecho de que la Declaración Universal de Derechos Humanos «responde a unos principios universales y permanentes que no cambian con el tiempo».
Y la segunda, «seguir trabajando, ganar las calles y las elecciones». Se muestra optimista ante el futuro tras los cambios que se están viendo en la esfera internacional. «Los resultados cada vez son más ajustados y demuestra que se está en la línea correcta», concluye.
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