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27 de julio de 2024

Valery Zaluzhny

El presidente Zelenski regaló al general Valery Zaluzhny por su cumpleaños una pistola checoslovaca CZ-75Presidencia de Ucrania

Lucha de titanes entre Zelenski y su jefe del Ejército: ¿realidad o intoxicación rusa?

El gobierno ucraniano ha negado que exista ninguna fricción entre Zelenski y el general Zaluzhny, y lo atribuye a una estrategia del Kremlin

El pasado 27 de julio de 2023, la oficina presidencial de Ucrania difundió una imagen en la que el presidente Volodimir Zelenski regalaba al comandante en jefe de su ejército, general Valery Zaluzhny, una pistola checoslovaca CZ-75 con motivo de su cumpleaños bajo la atenta mirada del jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania, Oleksiy Danilov.

En la fotografía, Zelenski y Zaluzhny aparecían sonrientes en un bunker, abrazados en un gesto de clara camaradería.

En manos de Zaluzhny, la caja de madera en cuyo interior forrado en terciopelo azul estaba la pistola de tiempos del Pacto de Varsovia con sus balas y su cargador.

El mensaje que quería transmitir la oficina presidencial era claro: el presidente y el comandante en jefe del ejército son buenos amigos y firmes aliados frente al invasor ruso.

Aquella escena de hace meses ha tomado ahora relevancia ante los rumores que apuntan a una ruptura entre ambos líderes y la posible destitución de Zaluzhny por parte de Zelenski.

¿Es real o ficticia? ¿Tenía el regalo de Zelenski un significado oculto dentro de la psicología de las armas, herencia de la mentalidad soviética que aún persiste en la sociedad ucraniana?

Lo cierto es que el gobierno ucraniano se está esforzando en desmentir esa ruptura entre Zelenski y Zaluzhny, y la atribuyen a desinformación producida desde el Kremlin.

Hace unos días Zelenski denunció que Putin había activado su red de espías dentro de la administración ucraniana, y en particular dentro de los servicios secretos, para desestabilizar al gobierno ucraniano.

¿Son estas informaciones sobre la supuesta mala relación del presidente y del jefe del ejército una estrategia para desestabilizar al gobierno de Zelenski?

Los rumores se desataron el pasado 1 de noviembre, cuando Zaluzhny publicó una columna en The Economist donde afirmaba que la guerra se encontraba «en punto muerto», en una «guerra posicional con combates estáticos y de desgaste similar a la Primera Guerra Mundial».

Además, destacó una obviedad: «Ucrania no ha llegado a Crimea», como se había propuesto en sus objetivos para la contraofensiva ucraniana.

El Ejército ucraniano, atrapado en un infierno de campos minados por los rusos, y con una creciente escasez de munición de artillería, se vio incapaz de avanzar más allá de las cabezas de puente establecidas en Zaporiyia o en Jersón. La línea, meses después de iniciar la contraofensiva, seguía estática.

Mientras tanto, las bajas se acumulan en ambos bandos aunque, como destazó Zaluzhny en su columna, Rusia funciona como «un estado feudal donde el recurso más barato es la vida humana». Por el contrario, para Ucrania, «lo más valioso que tenemos es nuestra gente».

Eso implica que Rusia, que ha mostrado una enorme tolerancia a las bajas en el campo de batalla, está dispuesta a mandar a miles y miles de sus ciudadanos a la muerte con tal de dar una victoria más a la élite del Kremlin.

Kiev, por el contrario, valora como punto central a la hora de planificar una ofensiva la cantidad de bajas humanas en sus filas.

La columna de Zaluzhny cogió con el pie cambiado al gobierno ruso. Según fuentes de la oficina presidencial consultadas por Kyiv Post, Zelenski habría reprochado a Zaluzhny que no le consultara el contenido de la columna antes de publicarla. Zaluzhny se habría disculpado por ello.

El temor de Zelenski era que si el jefe del Ejército reconocía que la guerra estaba bloqueada, los aliados de Ucrania empezaran a replantearse su ayuda a Kiev.

Para arreglar el roto, el presidente ucraniano realizó unas declaraciones donde negó ningún estancamiento y donde recordó que el problema era que Rusia seguía controlando los cielos.

Mientras eso siguiera así, Ucrania no estaba dispuesta a mandar a la muerte de forma inútil a sus soldados, como hace Rusia: «Estamos protegiendo a nuestros militares», aseguró.

Si los aliados de Kiev quieren ver más avances espectaculares, continuó Zelenski, tienen que llegar los F-16: «Cuando hay defensa aérea en el frente, los militares avanzan».

El problema es que las expectativas sobre esta contraofensiva eran muy altas. En la memoria permanecían los espectaculares avances de septiembre y octubre de 2022, cuando las tropas ucranianas forzaron una debacle en las líneas rusas y reconquistaron en pocos días toda la región de Jarkov y gran parte de la de Jersón.

Aquellas victorias dispararon la popularidad de Zaluzhny, considerado un genio de la estrategia militar, el héroe capaz de derrotar a Rusia y llevar a Ucrania a la victoria.

Asimismo, Zelenski hizo otras declaraciones en The Sun donde, sin citar a Zaluzhny, parecía querer transmitirle un mensaje: «Si gestionas la guerra teniendo en cuenta que mañana te meterás en política e intentas involucrarte en política o en elecciones, y no la gestionas como un militar, creo que estarías cometiendo un error».

«Estaría en su derecho, pero lo mejor sería que entrara en política y dejara de lidiar con la guerra», añadió.

Con todo, personas dentro del gobierno de Zelenski han negado cualquier conflicto con el jefe de su Ejército. «No hay ningún conflicto. Es una construcción ficticia», declaró a Kyiv Post el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov.

Andriy Yusov, portavoz del GUR (servicios de inteligencia), también a Kyiv Post, negó todo enfrentamiento y atribuyó esa información a una operación de intoxicación mediática del Kremlin: «Es más barato que hacer la guerra de forma directa».

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