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08 de mayo de 2024

El primer ministro británico Rishi Sunak deberá hacer frente a una rebelión de parte de los diputados conservadores

El primer ministro británico Rishi Sunak deberá hacer frente a una rebelión de parte de los diputados conservadoresAFP

Sunak, un zombi político en Reino Unido a la espera de una derrota electoral o de que lo echen

Crecen las voces dentro del Partido Conservador británico que piden un cambio de liderazgo para evitar una estrepitosa derrota electoral

La picadora de carne que es el Partido Conservador británico está a punto de cobrarse otra cabeza: la del primer ministro del Reino Unido Rishi Sunak.
En el cargo desde octubre de 2022, el partido ha perdido su confianza en el primer ministro después de una errática gestión. El inquilino del 10 de Downing Street es ya un «zombi» político y electoral cuya salida del gobierno podría ser inminente.
Un grupo de conservadores rebeldes, encabezados por Will Dry, exasesor de Sunak, estaría ultimando una maniobra para quitarse de en medio a Sunak y sustituirlo por una figura potente que pueda hacer resucitar las opciones electorales de los tories.
Señala el diario The Times que Dry era un ferviente partidario de Sunak hasta que, desencantado, renunció a su puesto de asesor y comenzó a conspirar junto con una docena de exasesores del gobierno y del parlamento para dar al Partido Conservador un golpe de timón.
La reciente encuesta de YouGov, con una muestra de 14.000 personas, que dan una aplastante victoria al Partido Laborista en las próximas elecciones ha hecho que el proceso se acelere. El mismo Dry habría ayudado a redactar las preguntas de la encuesta.
Para Dry existe, además, una amenaza añadida para el Partido Conservador: el exlíder ultranacionalista del UKIP, y pope del Brexit duro, Nigel Farage. Si Farage se presenta, apunta Dry, no quedará del Partido Conservador ni las raspas.
Un peso pesado del partido, el diputado y exministro Sir Simon Clarke, pidió públicamente un cambio de liderazgo y habló de una posible «masacre» electoral de los conservadores.
Clarke sería ahora la cabeza visible de la conspiración que, pese a todo, tiene pocas opciones de prosperar. Aunque bien organizados y respaldados por poderosos aliados, lo cierto es que su número es todavía exiguo. Necesitan al menos 53 apoyos expresados por carta en menos de tres meses para poder lanzar su liderazgo alternativo. Una tarea prácticamente imposible.
Otra figura conservadora relevante que se ha plantado frente a Sunak es Robert Jenrick, exministro de Migación. Jenrick, sin llegar a pedir un cambio de liderazgo, se ha mostrado muy crítico con la caótica política migratoria británica por la mala gestión del acuerdo con Ruanda para trasladar al país africano a solicitantes de asilo.
Los planes de los rebeldes pasan por esperar a los resultados de las elecciones parciales previstas para el próximo mes de febrero, donde se prevé que el Partido Conservador sufra una dolorosa derrota.
En conclusión, la conspiración contra Sunak tiene muy pocas opciones de prosperar, pero es una seña del espíritu derrotista que reina en el Partido Conservador.
Un diputado tory lo resumió muy bien en The Times: «Sunak fue un ministro de Exteriores competente. Como primer ministro ha sido una basura».
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