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29 de abril de 2024

Gonzalo Rosillo Odriozola
Gonzalo Rosillo Odriozola

Attal pone fin a un mes de incertidumbre sobre su nuevo Gobierno con la Educación como eje central

La nueva responsable de esta cartera será Nicolle Beloubet, con un perfil de izquierdas y experiencia en el ámbito educativo, Attal espera poder relanzar su agenda de reformas en uno de los ministerios con más atención mediática en el país

Actualizada 04:30

El primer ministro francés, Gabriel Attal, abandona el palacio del Elíseo en París

El primer ministro francés, Gabriel Attal, abandona el palacio del Elíseo en ParísAFP

Un mes después de la llegada de Gabriel Attal a Matignon, el Ejecutivo francés formado por 34 ministros está finalmente al completo. A la primera ronda de nombramientos pocos días después del anuncio del nuevo primer ministro, le han seguido semanas de incertidumbre y evasivas sobre los nombres de quienes debían completar el equipo de gobierno. El pasado jueves, tras una comida entre Emmanuel Macron y Attal, el Elíseo hizo finalmente pública la lista de los veinte nuevos ministros.
La composición del nuevo Gobierno ha sido el gran reto al que ha debido enfrentarse el primer ministro en sus primeros días en el cargo. Con la dificultad añadida de gobernar en minoría, Attal ha tenido que lidiar con intereses cruzados, ambiciones personales, y varias polémicas para poder presentar al presidente una lista que garantizara cierta estabilidad y respetara los equilibrios debidos entre hombres y mujeres, territorios, e ideologías. En Matignon saben muy bien que no hay rosa sin espinas.
Uno de los cambios más notables en el nuevo Gobierno es el de la cartera de Educación, que pasa de Amélie Oudéa-Castéra, a quien Macron quería mantener pero que no contaba con el beneplácito de Attal, a la exministra de Justicia, Nicolle Beloubet. Con un perfil de izquierdas y experiencia en el ámbito educativo, Attal espera poder relanzar su agenda de reformas en uno de los ministerios con más atención mediática en Francia.
Sin embargo, su pasado ha sembrado algunas dudas entre los miembros del ala «macronista», ya que apoyó a la antigua ministra de Educación en su polémica reforma escolar que frenó el presidente, además de criticar abiertamente las medidas impulsadas por el propio Attal cuando este ostentaba la misma cartera. Desde el Elíseo afirman que su paso por el Ministerio de Justicia fue transformador, convenciéndole de las bondades de las reformas educativas deseadas por el primer ministro. Por su parte, Oudéa-Castéra queda relegada a ministra de Deportes y Juegos Olímpicos, aunque todo apunta a que no seguirá en el cargo tras el verano.
Los días previos al anuncio también estuvieron marcados por los rumores sobre la posible entrada del líder del partido Movimiento Demócrata, François Bayrou. El que fuera uno de los principales socios de Emmanuel Macron en la coalición centrista ha venido expresando en los últimos meses su desacuerdo con la dirección que han tomado algunas de las políticas impulsadas desde el Elíseo. Finalmente, Bayrou rechazó el ofrecimiento de Attal de unirse al nuevo Gobierno.
Esta combinación de fotografías muestra a los nuevos miembros del gabinete del primer ministro francés Gabriel Attal

Esta combinación de fotografías muestra a los nuevos miembros del gabinete del primer ministro francés Gabriel AttalAFP

Entre las carteras para las que se le consideraba se encontraba, una vez más, la del laborioso Ministerio de Educación. No obstante, la negativa ha debido de terminar siendo un alivio para Macron y Attal. Aunque este lunes Bayrou fue absuelto de una acusación por haber utilizado fondos europeos entre 2005 y 2017 para pagar asistentes parlamentarios que en realidad trabajaban para su partido. El jueves, el mismo día en el que se anunciaron los nuevos ministros, la fiscalía recurrió la absolución.
En lo referente al resto de carteras, el nombramiento que más revuelo ha causado has sido el de Guillaume Kasbarian, de 37 años, como ministro de Vivienda. Attal ha anunciado que ésta es una de las prioridades de su Gobierno, encomendado al nuevo ministro la ardua tarea afrontar una crisis histórica en el sector, que sufre de una saturación de las demandas para alojamientos de emergencia. Esta decisión ha provocado el enfado de la oposición de izquierdas, que en su momento rechazó la propuesta de ley antiokupa de Kasbarian, aunque terminó aprobándose el pasado año.
Si bien la tensión ha sido máxima en los pasillos del Elíseo y de Matignon, en la sociedad francesa ha acabado reinando el tedio tras tantos días esperando un anuncio supuestamente «inminente». Una vez culminada la remodelación, se confirma que la expectación inicial no estaba del todo justificada, de hecho, muchos de los nuevos miembros del gabinete han formado parte de anteriores gobiernos: tout ça pour ça.
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