Rusia desembarca en Cuba con turistas y petróleo como tabla de salvación para el régimen castrista
El régimen castrista ve en Rusia una solución a su crisis económica, alimenticia y energética
En medio de una crisis social y económica de proporciones dantescas, con una carestía de alimentos y productos de primera necesidad que amenaza con incendiar el país, y una crisis energética sin precedentes, el Kremlin ha salido al rescate de las autoridades castristas de Cuba con dos recursos: turistas y petróleo.
En cuanto al turismo, Cuba se ha convertido en el destino turístico predilecto de los rusos.
Hasta 70.000 turistas procedentes de la Rusia de Vladimir Putin han desembarcado en la isla en el primer trimestre de 2024, según reveló la consejera de Turismo en la Embajada cubana en Moscú, Cristina León Iznaga, en unas declaraciones a los medios de comunicación recogidas por Efe.
Según su informe, se trata del doble de turistas que, en el mismo período en el año 2023, un incremento promovido por el aumento de vuelos entre Moscú y La Habana.
«Entre el 1 de enero y el 31 de marzo recibimos casi 68.900 turistas rusos en Cuba. En 2023 durante el mismo período recibimos 32.200 turistas rusos, 34.660 menos que ahora», señaló la responsable de Turismo de la embajada rusa en Moscú.
La previsión para todo el 2024 es de 200.000 turistas rusos a finales de año, según anunció el ministro cubano de Turismo Juan Carlos García Granada.
El gobierno de la isla ha legislado para favorecer la llegada de turistas rusos, como la admisión de tarjetas bancarias rusas MIR e instalando en hoteles, comercios y restaurantes más de 20.000 terminales de pago.
Las autoridades castristas fían en gran parte la recuperación económica de la isla al turismo, para lo que esperan recibir un total de 3.200.000 turistas este 2024, acercándose así a las cifras prepandemia, cuando se llegó a recibir hasta 4.500.000 turistas.
El 17 de marzo llegó un buque ruso a la isla con 650.000 barriles de crudo, mientras que en abril llegó otro buque con 90.000 toneladas de petróleo.
Moscú también ha concedido un préstamo a La Habana (aunque ni las autoridades rusas ni las cubanas han facilitado la cifra) para, en palabras del ministro de Comercio Exterior cubano, Ricardo Cabrisas, «garantizar el suministro estable de petróleo, productos petrolíferos, trigo y fertilizantes».
¿Cuál es la consecuencia evidente de este parcheo?: Cuba se vuelve más dependiente de los intereses de Rusia y de la agenda personal de Vladimir Putin. En definitiva, Cuba da la espalda aún más al mundo libre y se echa en brazos de una potencia condenada al ostracismo, como es Rusia, ante la que se hipoteca.