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Las familias cubanas encuentran cada vez más problemas para adquirir productos de primera necesidad

Las familias cubanas encuentran cada vez más problemas para adquirir productos de primera necesidadAFP

Díaz-Canel reconoce que la situación en Cuba es «muy crítica», pero le echa la culpa a EE.UU.

La isla padece una crisis de alimentos descomunal que amenaza con desatar el hambre entre la población

La escasez de alimentos se agrava en Cuba y extiende por la isla la amenaza del hambre. El gobierno del régimen socialista encabezado por el presidente Miguel Díaz-Canel es incapaz de afrontar la situación y, como suele hacer habitualmente, echa la culpa a Estados Unidos y al bloqueo para no asumir sus responsabilidades.

Falta leche para niños, falta pan y faltan prácticamente todos los recursos básicos. Las muy cacareadas seis bolsas de leche en polvo por niño anunciadas por el régimen castrista se han quedado en un espejismo.

El diario opositor Martí Noticias, afincado en Estados Unidos, señala que, en el mejor de los casos, de las seis bolsas llegan dos. El pan, señalan testimonios recogidos por el periódico se venden cada dos días.

Las cartillas de racionamiento se han convertido en papel mojado, y la crisis ha arrasado con los pocos negocios privados de alimentos tolerados por el gobierno. Prácticamente han cerrado todos acosados por inspecciones, multas y acusaciones de actividades contrarrevolucionarias.

El acoso del gobierno a los negocios privados de alimentos no ha hecho más que agravar la crisis y aumentar el hambre.

«Hay hambre, las personas no hablas de otra cosa. No hay nada», señala a Martí Noticias Vladimir Ríos.

Mientras tanto, Díaz-Canel trata de endosar la responsabilidad de lo que sucede en la isla a Estados Unidos y al «recrudecimiento» del embargo económico.

El presidente cubano aprovechó el programa emitido en Youtube Desde la Presidencia para justificarse y echar la culpa a Estados Unidos.

Aseguró que su gobierno gasta 230 millones de dólares al es para adquirir productos de primera necesidad, como arroz, azúcar o harina y su distribución por la isla. «Una tarea titánica», aseguró.

Sin embargo, acusó a los centros logísticos situados en el extranjero de retrasar las entregas masivas de alimentos debido al bloqueo económico.

El gobierno, sin embargo, prometió aliviar la situación con la llegada de un buque chino cargado con 68 toneladas de arroz. En abril se espera una nueva llegada. La perspectiva es adquirir hasta 408 toneladas de cereales.

Sin embargo, el alivio al hambre parece una entelequia para los cubanos. La distribución de comida se retrasa de un mes a otro y los habitantes de la isla denuncian que pueden pasar sin recibir comida semanas.

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