Tino Chrupalla y Alice Weidel, líderes de Alternativa por Alemania
Tregua para la Afd: le retiran la calificación de «extremista» hasta que se pronuncie la justicia
Alternativa por Alemania tiene un respiro de los servicios secretos del ministerio de Interior. El departamento que decide qué formación es peligrosa, amenaza la democracia o directamente se la puede clasificar de «extremista» ha retirado temporalmente esta etiqueta del segundo partido más votado de Alemania.
La identificación con esos caso y declaración de «caso comprobado de extremismo» de AfD se ha suspendido temporalmente hasta que no se dirima la demanda por vía de urgencia presentada por el partido ante el Tribunal Administrativo de Colonia.
El Tribunal anunció en un comunicado que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), informa Efe, le ha comunicado que aplicará de manera provisional una moratoria en la clasificación de AfD como extremista, que se había hecho pública el viernes pasado, causando un gran revuelo mediático e internacional.
Sin etiqueta negra
Esto implica que la BfV no aludirá públicamente a AfD como extremista y borrará de su página web el correspondiente comunicado, según la nota del Tribunal, mientras que los medios alemanes señalaron que el servicio secreto tampoco usará por el momento las herramientas ampliadas de vigilancia de las que dispone contra organizaciones extremistas.
AfD, la principal fuerza de la oposición, había presentado una demanda urgente el pasado lunes por la que exigía a la Justicia prohibir a la BfV clasificarla como extremista.
Los colíderes del partido ultraderechista, Alice Weidel y Tino Chrupalla, calificaron lo sucedido este jueves como un «importante primer paso hacia la exoneración y, con ello, contra la acusación de extremismo de derecha» y de «éxito parcial» contra la BfV.
En 2024, el partido perdió en segunda instancia una demanda similar para que el BfV no pudiese calificar a AfD como «sospechosa de extremismo».
La decisión del BfV de calificar a AfD como «caso seguro de extremismo», por la incompatibilidad de sus objetivos con la Constitución, ha vuelto a desatar en Alemania un amplio debate sobre la posibilidad de emprender un proceso para ilegalizar el partido, que quedó segundo en las elecciones del 23 de febrero.