Carmen Cordón, víctima del Grapo: «Cuando gobierna la izquierda, el blanqueamiento del terrorismo es pavoroso»

La segunda y última jornada del Congreso Internacional de Víctimas del Comunismo estuvo marcado por dos conmovedores testimonios del sufrimiento humano ante el totalitarismo comunista tanto en España como en Corea del Norte, además de interesantes análisis sobre las mutaciones de la expansión revolucionaria en Nicaragua y Venezuela y la ideología woke en Estados Unidos y Europa.

En el marco de la mesa redonda «El terrorismo revolucionario en Europa», Carmen Cordón Muro compartió su testimonio sobre cómo el Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (Grapo) secuestró y asesinó a su padre Publio Cordón Munilla en 1995.

Para Cordón Muro su padre «fue un hombre que pertenecía a ese pueblo que el Grapo decía defender». El grupo terrorista antifascista secuestró, pidió un rescate de 400 millones de pesetas y a pesar de recibir ese monto fue asesinado en algún lugar de Francia. El cuerpo de su padre nunca fue entregado por los secuestradores o encontrado por las autoridades.

Cuando recibieron la llamada pidiendo el rescate, la hija del empresario secuestrado en Zaragoza el 27 de junio de 1995, relata que el grupo terrorista señaló que con ese dinero querían que Publio «saldara su deuda con el pueblo oprimido».

«El Gobierno socialista de Felipe González no quería admitir que había otra banda terrorista y por eso empezó a soltar bulos para ocultarlo y más bien se encargaron de destruir la reputación de un empresario exitoso» relató Cordón Muro al tiempo que recordó con pesar como «en meses se derrumbó todo lo que a mi padre le costó años construir. Destruyeron nuestras empresas».

El 27 de junio de este año se cumplirán 30 años desde el secuestro y asesinato de Publio Cordón. «Dentro de un mes prescribirá el asesinato de mi padre y como no hay cadáver no hay crimen y ninguno ha pagado por su asesinato».

Cordón Muro agregó con contundencia: «Son comunistas y blanquean que lo que hicieron y quieren que no removamos esta verdad. Hoy día se sigue blanqueando el terrorismo para que gobiernos débiles sigan gobernando».

A la pregunta de quiénes honran a las víctimas del comunismo y del terrorismo Cordón Muro respondió: «Depende de qué bando gobierna o en qué etapa de gobierno estamos» pero fue clara en señalar: «Cuando gobierna la izquierda el blanqueamiento del terrorismo es pavoroso».

Mutaciones revolucionarias y la ideología woke

Por otro lado, la tragedia del pueblo venezolano ante al Socialismo del Siglo XXI de Hugo Chávez y luego de Nicolás Maduro fue explicada por Julio Borges, expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y por Alejandro Peña Esclusa, fundador de la Unión de Organizaciones Democráticas de América.

Para Borges, «cuando hablamos de comunismo no estamos hablando de política, sino de una religión donde la política es Dios. En esta religión se busca crear el cielo en la tierra». Mientras Peña Esclusa, recordó que Chávez «borró los 300 años de evangelización católica saltando la historia desde los aborígenes indígenas hasta los próceres de la independencia» como parte del plan para «romper con la cristiandad y la herencia española en Venezuela».

Para Peña Esclusa, «Chávez era un agente cubano que entregó Venezuela al castrismo sin disparar un solo tiro. Era un proyecto internacional en la que toda la izquierda mundial intervino solo para darle a Fidel Castro el control la riqueza petrolera de Venezuela».

Víctor Hugo Malagón, vicerrector de Relaciones Institucionales de la Universidad Sergio Arboleda de Colombia, tanto la dictadura chavista, como la cubana o nicaragüense y todas las autodenominadas revoluciones de izquierda han supuesto: «La destrucción de la familia como núcleo social, el desprecio por la libertad religiosa y de conciencia, la imposición del materialismo histórico como única verdad y la violencia sistemática como método de acción política».

Precisamente, para Mike González, investigador de la Fundación Heritage de EE.UU., «la tragedia de George Floy fue manipulada como agente catalizador para crear un momento revolucionario por las mujeres del Black Lives Matter y reprodujeron la mentira de que en EE.UU. hay un racismo sistémico».

Para González, aunque «nunca dicen qué sistema quieren instaurar, nosotros lo sabemos: colectivismo, gulacs, y destruir el sueño americano». Por otro lado, señaló que «ahora no son Black Lives Matter sino pro-palestinas, pero son las mismas organizadoras y participantes. No les importa el Medio Oriente, no están contra Israel, lo que quieren es romper Estados Unidos».

Tintes totalitarios en Europa

Para Vajk Farkas, director de la oficina en Madrid del Centro de Derechos Fundamentales de Hungría, tras la caída del comunismo en su país en 1989 inició «la historia de una decepción» porque los comunistas todavía controlaban todo y «la transición fue orquestado por ellos sosteniendo buenas relaciones con Occidente y por eso tenían buena prensa».

«En el Este los comunistas no llegaron al poder por medio de las elecciones y por optaron por tomarse las escuelas, los teatros, etc. y después de la transición los mismos que reprimían en la dictadura seguían en el poder» recordó Farkas.

De acuerdo con el líder húngaro «todo cambió con el triunfo patriota» en Hungría y «por eso vemos ahora el choque entre Budapest y Bruselas».

«En el tema de la inmigración defendemos el tema de no dejar entrar toda la ola de inmigración ilegal y en temas de familia el rol de los padres en el control de los contenidos de género y sexualidad a los que acceden sus hijos en la escuela» señala Farkas para apuntar claramente: «A Hungría la han sancionado por estar en contra del consenso progre de Bruselas».

Finalmente, Farkas advirtió que «el wokismo está liderando en Europa e intentan derrocar de forma ilegal a todas las fuerzas patriotas. Rumanía, Alemania y Francia son muestras de los tintes totalitarios».