
Ana Blandiana, premio Princesa de Asturias en el II Congreso de Víctimas del Comunismo en el CEU
II Congreso de Víctimas del Comunismo
Ana Blandiana, premio Princesa de Asturias: «Solo los ingenuos creen que el comunismo terminó con el Muro de Berlín»
El presidente del CEU y de El Debate, Alfonso Bullón de Mendoza destacó que «España es un país que ha sido ajeno a los efectos del comunismo» y por eso es necesario «llamar la atención sobre sus peligros»
El II Congreso Internacional de Víctimas del Comunismo fue inaugurado este miércoles por el presidente de la Fundación Universitaria San Pablo CEU y director del Instituto CEU de Estudios Históricos, Alfonso Bullón de Mendoza, seguido de una conferencia magistral de Ana Blandiana, premio Princesa de Asturias de las letras 2024.
Durante su intervención, Bullón de Mendoza relató que tras el primero Congreso en 2022 «quedamos un poco asombrados porque era la primera vez que se hacía en España algo de estas características».
«Aunque los bloques totalitarios del Siglo XX gozan de muy mala fama, no son enjuiciados igual. En el caso del nazismo la condena universal está fuera de toda duda, pero curiosamente, en el caso del comunismo, no pasa lo mismo» apuntó el también presidente de El Debate.
Bullón de Mendoza destacó que «España es un país que ha sido ajeno a los efectos del comunismo» y por eso se hace necesario «llamar la atención sobre los peligros que acechan a la democracia y luchar por la libertad continuamente».
Por su lado, la laureada poeta rumana Ana Blandiana, dicto una lección magistral bajo el título «El silencio, enemigo de la libertad» en la que de forma tajante señaló que «solo los ingenuos creen que el comunismo ha desaparecido y que terminó con el Muro de Berlín».
Blandiana calificó de «crimen contra la nación y la historia» borrar la memoria de todos aquellos que sufrieron y sufren bajo en comunismo. Asimismo agregó que «la victoria más grande del comunismo ha sido la creación del hombre sin memoria, del hombre con el cerebro lavado. La memoria tenía que ser destruida para manipular la verdad; ha sido y es una obra primordial del comunismo».
«Hoy podemos ver cómo el comunismo sigue vivo en Vietnam, China y Corea del Norte, y, residualmente, ha dejado huella en las mentalidades de los países que fueron antiguos regímenes comunistas» apuntó Blandiana quien a su vez advirtió que aunque el comunismo ha desaparecido como sistema, no lo han hecho su discurso ni sus métodos, con los que pretende conseguir una sociedad sumisa, pedir a sus ciudadanos sentirse felices por estar sometidos.

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La ensayista rumana ha apelado a no olvidar la repercusión y las consecuencias de un comunismo fundamentado en el odio, «un combustible de la historia que continúa existiendo más allá de las fronteras institucionales en las que ha proliferado».
Finalmente, Blandiana ha concluido recordando que el comunismo transforma a la sociedad en un cuerpo blando, desestructurado y sumiso: «Solo la memoria puede impedir esta humillación y aberración, ya que es el esqueleto de cualquier sociedad».