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El primer ministro francés, François Bayrou

El primer ministro francés, François BayrouHans Lucas via AFP

Bayrou niega bajo juramento conocer los abusos sexuales ocurridos en el colegio donde estudiaban sus hijos

Los escándalos sexuales ocurridos en la época en la que sus hijos acudían al centro y su mujer impartía clases le sitúan en el ojo del huracán

François Bayrou, primer ministro francés, ha comparecido ante la comisión de investigación de la Asamblea Nacional que investiga los abusos sexuales cometidos en el colegio Notre-Dame de Bétharram, en el departamento francés de Pirineos Atlánticos, donde acudían sus hijos y en el que su mujer impartía clases de catecismo. El primer ministro negó bajo juramento haber tenido conocimiento de los hechos durante su etapa como ministro de Educación (1993-1997), en un centro muy vinculado a él.

«Todo lo que sabía lo supe por la prensa», afirmó Bayrou al inicio de su intervención, asegurando que nunca recibió informes oficiales ni alertas que le permitieran actuar. «No tengo constancia de haber recibido ninguna denuncia, ni directa ni indirecta. De haberla recibido, habría reaccionado con total firmeza», insistió ante los diputados.

La audiencia estuvo marcada por un clima tenso y momentos de enfrentamiento directo, especialmente con Paul Vannier, diputado de La Francia Insumisa y miembro de la comisión, que cuestionó la coherencia del relato de Bayrou y le reprochó haber «minimizado» la situación durante años. «Lo que dice este informe es que usted mantenía una relación directa con el director del colegio. ¿No le alertó nada?», le preguntó Vannier. El primer ministro, visiblemente irritado, replicó que no tenía ningún vínculo con la gestión de la escuela y acusó al diputado de «multiplicar las mentiras».

Bayrou también aprovechó su intervención para desacreditar a Françoise Gullung, la antigua profesora del centro considerada como una de las principales denunciantes del caso. «Esa señora miente. Me difama desde hace meses. Asegura haber conocido al antiguo director Carricart, pero él dejó el colegio años antes de que ella comenzara a trabajar allí. Es imposible», dijo. A lo largo de la audiencia, Bayrou leyó fragmentos de documentos y pidió incluso proyectar un vídeo para desacreditar su testimonio, aunque la comisión no autorizó su difusión por falta de aviso previo.

El informe de inspección encargado en 1996, cuando Bayrou aún era ministro, fue uno de los puntos clave del interrogatorio. Realizado en solo tres días, recogía entrevistas con una veintena de personas, en su mayoría miembros del personal, y concluía que no existían hechos graves. «Fue un control serio», defendió Bayrou. Pero los diputados señalaron que el informe era superficial y que no recogía testimonios de los estudiantes, algunos de los cuales denunciaron años después abusos físicos y sexuales cometidos durante su estancia en el internado.

Instituto Notre-Dame de Bétharram

Instituto Notre-Dame de Bétharram

La comisión también abordó las condiciones materiales del centro: dormitorios masificados con varias decenas de camas, baños compartidos sin intimidad y un clima de disciplina autoritaria. «Eso era habitual en la época. Yo también dormí en esos dormitorios en los años 60. No había maldad en ello», justificó el primer ministro. Pero los diputados recordaron que la normativa ya en 1996 fijaba un máximo de 12 camas por dormitorio.

Más allá del caso concreto, la comparecencia de Bayrou abre una vez más el debate sobre la responsabilidad institucional ante los abusos en entornos escolares. «La humanidad no puede caer más bajo que cuando convierte a los niños en parejas sexuales», afirmó Bayrou, asegurando que no hay «nada peor ni más abyecto» que ese tipo de violencia. Aun así, sostuvo que su actuación como ministro fue adecuada con la información que tenía entonces.

La comisión, que prevé emitir sus conclusiones en las próximas semanas, mantiene que el Ministerio de Educación no hizo lo suficiente para proteger a los menores, y que hubo una falta clara de seguimiento tras las primeras alertas. Bayrou, por su parte, defiende que su gestión fue coherente y niega de forma rotunda cualquier encubrimiento. «Mi versión no ha cambiado. No tengo nada que ocultar», concluyó.

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