
El primer ministro francés, François Bayrou, dando declaraciones a la prensa
El primer ministro francés Bayrou, en el ojo del huracán por presuntamente ocultar un escándalo de pedofilia
Si el mes pasado fue el primer ministro británico, Keir Starmer, quien vio su posición desestabilizada después de que el magnate Elon Musk volviera a sacar a la luz el caso de unos 1.500 menores que fueron abusados por una mafia pakistaní entre 1997 y 2013, cuando Starmer ocupaba la dirección del Ministerio Público británico, ahora es el primer ministro francés, François Bayrou, quien se sitúa en el ojo del huracán por un escándalo similar.
Bayrou, que hace apenas un par de semanas se anotó una gran victoria política, logrando aprobar los presupuestos y sobrevivir a las mociones de censura, ve ahora cómo esa alegría dura poco y su popularidad vuelve a sufrir un duro golpe. Según informaciones de los diarios Le Monde, Le Point y Mediapart, la Justicia francesa ha comenzado a investigar un centenar de casos de violencias y pedofilias que ocurrieron durante los años 60 y 90 del siglo pasado, y de los que Bayrou podría haber sido consciente.
Las víctimas han presentado sus querellas contra la dirección del instituto Notre-Dame de Bétharram, que está situado en la pequeñísima comuna de Lestelle-Bétharram, situada en el departamento de los Pirineos Atlánticos y de la región de Aquitania, muy cerca de la frontera con España. Allí, Bayrou ha sido una figura política muy importante en toda la segunda mitad del siglo pasado —consejero municipal, alcalde, diputado y ministro de la región del Bearne— , y en el comentado instituto sus hijos iban a clase y su mujer impartía clases de catecismo.
Según las informaciones de la prensa francesa, el actual primer ministro galo era consciente de las violencias físicas y sexuales que ocurrían en el centro y prefirió mantenerse al margen. Incluso algunas antiguas profesoras del centro han declarado a la prensa que advirtieron a Bayrou sobre lo que estaba ocurriendo, pero que decidió no hacer nada.
Tormenta política
Con una posición tan frágil como la que tiene Bayrou en la Asamblea Nacional —dividida en tres grandes bloques, macronistas, la izquierda y la Agrupación Nacional de Le Pen— este nuevo revés coloca al primer ministro en una situación complicada.
«Hay que aclarar todo esto; el primer ministro tiene que decir su verdad, toda la verdad, porque estamos hablando de un asunto que, en el fondo, es una gran gravedad», dijo el presidente de la Agrupación Nacional (RN), Jordan Bardella. Por su parte, La Francia Insumisa, siempre los más criticos con Bayrou, a través de su líder, Jean-Luc Mélenchon, han manifestado: «Ha mentido, él mismo se ha delatado. Tiene que dimitir».

Carteles pidiendo la dimisión de Bayrou
Bayrou, por su parte, ha intentado apagar el incedio reuniéndose con los representantes de la asociación de víctimas del colegio. «Cuando me enteré de la primera demanda por un bofetón (que dejó parcialmente sordo al niño que lo recibió) pedí inmediatamente una inspección general al establecimiento», declaró Bayrou, en una intervención improvisada junto al portavoz de la asociación de víctimas, Alain Esquerre.
El jefe del Gobierno francés aseveró «desconocer casos de abusos sexuales» en el establecimiento y anunció que destacará a un grupo de fiscales para «llegar hasta el final» del asunto. Por el otro lado, es cuestión de tiempo que la oposición intensifique sus esfuerzos pidiendo la dimisión de un Bayrou que vuelve a asomarse al agujero cuando creía haber sacado, por fin, la cabeza.