
Marine Le Pen durante la entrevista con El Debate
Marine Le Pen, líder de la Agrupación Nacional en Francia
Marine Le Pen: «Sánchez es incapaz de regular la inmigración»
En la misma semana que ha evitado censurar al primer ministro Bayrou, la líder de la Agrupación Nacional recibe, en exclusiva, a El Debate para comentar la situación en Francia, los escenarios futuros y las relaciones con España, Trump y la UE
Marine Le Pen (Neuilly-sur-Seine, 5 de agosto de 1968) está más cerca que nunca de cumplir el viejo sueño de su padre. Con su poder en la Asamblea Nacional, sus decisiones son vitales para la supervivencia, o no, del Ejecutivo francés, que se encuentra en una situación de tremendo bloqueo parlamentario tras el error de Emmanuel Macron adelantando las elecciones el pasado verano. En caso de que se repitan elecciones legislativas —no se puede hasta junio— o se convoquen presidenciales, la hija de Jean-Marie Le Pen sabe que contaría con el respaldo de miles de franceses en su camino hacia el Elíseo.
Le Pen entra por la puerta del salón de un conocido hotel madrileño, acompañada de dos asistentes a los que supera en altura. Saluda con amabilidad, aunque sin excesiva cercanía. Hace un comentario ácido sobre la incapacidad masculina para entender la vestimenta femenina y rápidamente se instala y va al grano. A su grano, para ser precisos: la inmigración.
— Datos recientes de 2024 indican que hubo 336.700 permisos de residencia, un récord de inmigración en Francia desde 1945. ¿Qué no se ha hecho que aún podría hacerse?
— En realidad no se ha hecho nada. No se ha hecho nada porque no hay voluntad política de limitar o incluso detener la inmigración. De las cifras de inmigración legal se desprende que, en realidad, el problema no es de impotencia ante la inmigración ilegal, sino de voluntad de conceder un número de permisos de residencia que se traduce en 500.000 personas que entran legalmente en Francia cada año. Se trata, evidentemente, de un número considerable. Si a eso añadimos los inmigrantes ilegales, los que nos gobiernan no se preguntan cómo los alojamos, cómo los cuidamos, cómo educamos a sus hijos, eso es todo.
— ¿Es imparable la tendencia?
— Podemos contrarrestar esta tendencia. Vamos a tener que tomar una serie de decisiones jurídicas y, en particular, creo yo, poner en marcha un blindaje constitucional. Porque hay otra realidad: somos víctimas de mandatos judiciales de la Unión Europea, del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que nos impiden controlar la inmigración en nuestro país, es decir, decidir quién tiene derecho a venir y quién debe irse. Por eso llevamos tiempo proponiendo un referéndum que recuerde que la Constitución es superior en la jerarquía de las normas, a todas las normas europeas e internacionales, e integre el derecho de los extranjeros en la Constitución, que data de 1958, una época en la que no había ningún problema migratorio, mientras que hoy es uno de los retos esenciales a los que se enfrenta nuestro país.
— ¿Celebra, por lo menos, los esfuerzos de Bruno Retailleau, ministro del Interior, que ha cogido el toro de la inmigración por los cuernos?
— El problema con Bruno Retailleau es que es exactamente igual que Nicolas Sarkozy en su momento. Es decir, hace muchas declaraciones y luego nada. Lo que ha sucedido recientemente ha sido muy humillante para Francia. Se trata de este influencer argelino que dijo cosas gravísimas sobre Francia, que amenazó, que fue devuelto a Argelia y ahora los tribunales acaban de confirmar su estancia en Francia y han condenado al país a pagarle 1.200 euros. Ese es el historial de señor Retailleau. Así que si no puede hacerlo mejor que eso, no estoy seguro de que las palabras basten.
Hay muchas cuestiones que llevan hoy a los franceses a decir que un Gobierno de la Agrupación Nacional lo haría mejor
— ¿Seguirá siendo ministro en julio?
— Eso no depende de nosotros.
— En cierta manera, sí: pueden censurar al Gobierno.
— Sí, pero pueden volver a nombrar al señor Retailleau. Fue ministro con el señor Barnier. y lo sigue siendo con el señor Bayrou. Pero esa no es la verdadera pregunta.
— ¿Cuál sería?
— ¿Necesitamos elecciones legislativas en otoño? Creo que sí. No creo que Francia pueda seguir indefinidamente sin una mayoría en la Asamblea Nacional, que es el resultado de una maniobra electoral de Macron. Así que lo que quiero es que haya nuevas elecciones y que la Asamblea Nacional tenga mayoría, lo que significa un Gobierno de la Agrupación Nacional.
— ¿Es su posición en la escena política más favorable que el junio pasado?
—Mejora mes a mes. En realidad, no es solo el problema de la inmigración el que nos da la razón en nuestros análisis: también están los que hemos podido hacer de la Unión Europea, que es totalmente estéril, de la desindustrialización de nuestro país, del estado de nuestros servicios públicos, del sistema de protección social, que está en vías de hundirse, de la diplomacia y las relaciones internacionales de Francia, que deberían ser las nuestras, y que vemos que se han debilitado considerablemente, sobre todo en África. Así que hay muchas cuestiones que llevan hoy a los franceses a decir que un Gobierno de la Agrupación Nacional lo haría mejor, incluso mucho mejor, que los que se han ido sucediendo.

Marine Le Pen durante la entrevista con El Debate
— ¿Gobierno de mayoría absoluta o de coalición?
— De mayoría absoluta.
— ¿Excluye cualquier otra hipótesis?
— La excluyo porque cuando les veo [a los dirigentes actuales] los conozco como desde hace años y constato que, en realidad, con los únicos que quieren gobernar es con los macronistas. Así que vamos a dejarles gobernar con los macronistas durante un tiempo. Y luego vamos a pedir a los franceses que nos den la mayoría absoluta.
— Entiendo que podría derrocar al Gobierno de Bayrou de aquí al otoño o incluso antes.
— Tenemos una línea de conducta muy clara: si el señor Bayrou toma decisiones profundamente perjudiciales para el futuro de nuestro país y para la vida de nuestros compatriotas, le censuraremos. Lo sabe, todo el mundo lo sabe. No lo hicimos hace unos días porque nuestro país necesitaba un presupuesto y, con todo, conseguimos algunas victorias. Si los franceses pagan ahora un 15 % menos por la luz es gracias a la censura de diciembre, si los medicamentos son reembolsados, también. Pero el hecho es que esperamos mucho más de este Gobierno, porque el tiempo apremia.
La Unión Europea ha sido un factor de declive y debilitamiento de nuestras naciones
— Si gobierna, tendrá que operar en un entorno internacional bastante inestable. ¿Teme, por ejemplo, una guerra comercial por parte de Estados Unidos y del presidente Trump?
— Por supuesto que la temo, como temo cualquier cosa que pueda afectar realmente a nuestros intereses. Pero creo que estamos mejor posicionados para hablar con la Administración Trump. Porque entendemos lo que le mueve. Entendemos que esa Administración quiere defender los intereses de Estados Unidos y que estos intereses pueden entrar en conflicto con los de otras naciones. Respetamos el patriotismo expresado por el señor Trump. Esto no significa que debamos alinearnos con él, no tendría sentido. Pero sí significa que debemos crear sinergias entre los distintos niveles de las diferentes naciones europeas para volver a sacar lo mejor de nosotros mismos. Y está claro que la Unión Europea ha sido un factor de declive y debilitamiento de nuestras naciones, no de fortalecimiento.
— ¿Pediría Francia, con un Gobierno de la Agrupación Nacional, una renegociación de los tratados?
— Esta renegociación se producirá de forma natural, porque hoy pueden ver que toda una serie de decisiones están siendo impugnadas. Hemos liderado este desafío. Fíjense en lo que está pasando con el Green New Deal en un momento en el que Estados Unidos afirma que se va a reindustrializar masivamente y a reducir drásticamente el precio de la energía. En Europa, estamos subiendo el precio de la energía, haciendo la guerra a la energía nuclear e introduciendo el Green New Deal, es decir, toda una serie de normas que han llevado a la desindustrialización de nuestros respectivos países, pero también al debilitamiento de nuestros sectores agrícolas.
— ¿Por lo tanto?
— La Unión Europea no tendrá muchas opciones. La elección de Trump está acelerando la revelación de los errores cometidos por la UE. Así que, o la UE persiste en sus errores, en cuyo caso nuestros gobiernos tendrán que actuar juntos a nivel del Consejo para cambiar todo esto, o cambia radicalmente de rumbo. Y no creo que la señora Von der Leyen sea capaz de hacerlo.

Marine Le Pen durante la entrevista con El Debate
— ¿Cómo resolvería el entuerto institucional de la Unión Europea?
— Creo que tenemos que devolver el poder al Consejo. De hecho, esa es la cuestión. La Comisión debería ser simplemente una secretaría del Consejo. Pero la Comisión se ha dado a sí misma poderes cada vez mayores. Esta es realmente la Unión Europea tal y como existe hoy en día. En realidad, es la Administración la que ha tomado el poder.
— Una línea similar a la de Viktor Orban. ¿Seguirán siendo aliados si ambos gobiernan dentro de unos meses?
— Por supuesto.
— El ejercicio del poder cambia el juego.
-Estoy absolutamente convencida de que estaremos en la misma línea por una razón muy sencilla: una vez más, entendemos que cada nación debe defender sus intereses, y que todo ello debe hacerse a través de la negociación, la discusión y el debate, algunos de ellos bilaterales. Esto es también lo que dijo Donald Trump hace unos días, y tiene razón. Así que no veo por qué no habríamos de estar de acuerdo mañana, como lo estamos hoy, en poner coto a una inmigración totalmente desregulada, en la necesaria reindustrialización, en poner coto al crédito y a la supresión de normas que ahogan a nuestras empresas, en la capacidad de recuperar competitividad. No veo cómo podríamos estar en desacuerdo.
— El próximo 31 de marzo, antes de que llegue al poder, la Justicia emitirá su fallo sobre el caso de malversación de fondos. ¿Está tranquila?
— Ni preocupada, ni tranquila. A ver qué hacen los jueces. Pero no puedo creer que tomen una decisión destinada a impedir que un tribunal de segunda instancia pueda analizar este caso, que no deja de ser muy complejo y que tiene evidentemente un origen político.
— Cambiando de tema, ¿qué piensa de las políticas aplicadas en España por Pedro Sánchez?
— Es más o menos lo mismo que se está poniendo en marcha en todos los países europeos que se autodenominan progresistas. Por eso Santiago Abascal y su partido Vox tienen tanto éxito. Porque, una vez más, queda claro que España es incapaz de controlar la inmigración, que además está desregulada. Y eso me interesa un poco porque, como las fronteras están abiertas entre nuestros países, desde el momento en que España no regula sus fronteras, nosotros también sufrimos las consecuencias. Esa es la ambigüedad de la Unión Europea.

Marine Le Pen durante la entrevista con El Debate
— Dispone con Vox de un aliado político. ¿Cuáles son sus puntos comunes?
— Creo que el punto común esencial y principal es nuestra idea de que la nación es el corazón y el centro neurálgico de nuestro pensamiento político, la nación y todo lo que son sus elementos constitutivos, es decir, la soberanía, por lo tanto, la democracia, la voluntad popular, las fronteras que deben respetarse, las políticas económicas que debe elegir el pueblo. Esto no quiere decir que tengan que ser iguales en cada país, porque cada país es diferente. Pero significa que cada país debería poder elegir sus políticas económicas. La lucha contra las normas, contra el Green New Deal, contra el wokismo. Sí, hay muchos temas que son comunes.
— ¿Qué piensa de los centros de retención de inmigrantes fuera de la Unión Europea puestos en marcha por Giorgia Meloni?
— Con el respeto debido a la señora Meloni, no creo que sea eficaz.
— ¿Por qué?
— Hay que poner en marcha una política de disuasión de la inmigración. Mientras ofrezcamos tanto a quienes vienen, mientras legalicemos a los inmigrantes ilegales, mientras naturalicemos a los que hemos regularizado, por supuesto que vendrá gente. Así que la idea de ponerlos en campamentos no está en absoluto a la altura del problema. Por eso creo en la doble frontera. Creo que debemos tener nuestras fronteras y que debe haber una frontera europea que esté protegida por una organización de guardacostas, Frontex, no una agencia de azafatas que dé la bienvenida a los inmigrantes.