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El canciller alemán Olaf Scholz y el presidente de EE.UU. Donald Trump

El canciller alemán Olaf Scholz y el presidente de EE.UU. Donald TrumpLudovic Marin / AFP

Trump y Merz, dos potencias se saludan en Washington con los aranceles de la Unión Europea de telón de fondo

Merz adelantó que la Unión Europea podía tomar represalias contra empresas tecnológicas estadounidenses o imponer otros aranceles si el conflicto comercial transatlántico se recrudecía

casi un mes después de que Friedrich Merz fuese electo canciller de Alemania, el líder de la principal potencia industrial de Europa llega a Washington para reunirse con el presidente de EE.UU. Donald Trump con quien tratará asuntos geopolíticos como la guerra de Ucrania y la situación de Oriente Medio así como la guerra arancelaria lanzada por la Administración estadounidense.

Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha sacudido Europa con importantes cambios en la política comercial y de seguridad, exigiendo mayor gasto en Defensa e imponiendo una serie de aranceles comerciales a sus socios europeos.

El canciller alemán, que se verá por primera vez cara a cara con Trump en la Casa Blanca, acude a Washington tras haberse coordinado con la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, en particular, en materia comercial.

De acuerdo con Afp, en su intervención en la conferencia WDR Europaforum del lunes, Merz afirmó que la Unión Europea podía tomar represalias contra empresas tecnológicas estadounidenses o imponer otros aranceles si el conflicto comercial transatlántico se recrudecía.

«No deberíamos reaccionar de forma precipitada (...)», dijo el jefe de gobierno alemán. «Pero si no podemos hacer otra cosa, tendremos que utilizar esta herramienta», añadió el líder alemán.

En Alemania, país cuyo sector industrial representa una quinta parte del PIB, preocupan los aranceles al acero anunciados por Trump, que pasarán del 25 % al 50 % para el acero y el aluminio a partir de este mismo jueves coincidiendo con la visita de Merz.

Esta escalada suponía «una carga masiva» que afectaría «de muy diversas formas» a un sector ya en crisis, según dijo a Efe Kerstin Maria Rippel, responsable de la Federación Alemana del Acero.

«Las diferencias comerciales van a ser parte importante de la agenda de la visita Merz, que representa a la mayor economía de Europa y un país con especial interés en mover de alguna manera a Trump hacia un compromiso», explicó también a Efe Olaf Boehnke, analista de la consultora internacional Rasmussen Global.

Ucrania, un tema crucial

Además del tema comercial y las relaciones bilaterales, la visita del canciller alemán tendrá el foco puesto en la guerra de agresión rusa contra Ucrania, país que cuenta a EE.UU. y Alemania como sus dos principales apoyos en lo que a ayuda militar respecta.

Ese es un conflicto que Merz y Trump ya abordaron por teléfono en cuatro ocasiones en mayo en las llamadas que mantuvieron con el presidente estadounidense varios jefes de Estado y de Gobierno en Kiev, Tirana y desde diferentes capitales.

Merz y el resto de líderes europeos quieren jugar un papel en los esfuerzos internacionales para que fructifiquen los contactos entre Rusia y Ucrania después de sendas reuniones en Estambul en las que se acordaron intercambios de prisioneros, pero ningún alto el fuego.

El viaje del canciller a Washington se produce después de que el lunes Merz y su ministro de Exteriores, Johann Wadephul, se reunieran con el senador estadounidense Lindsey Graham, quien prepara un nuevo paquete de sanciones contra Rusia que propone aranceles de hasta el 500 % para los países que compren petróleo y gas ruso.

El canciller es de los líderes europeos que quieren ver implementadas ya nuevas sanciones europeas contra Moscú.

Además, Alemania, de la mano de Merz, busca junto al presidente francés, Emmanuel Macron, relanzar el eje París-Berlín en pro de una Europa con «mayor soberanía en temas estratégicos y de seguridad», según recordó Boehnke, que aludió a unos planes internacionales que el diario alemán Handelsblatt ha llamado una «agenda anti-Trump».

Por eso, Merz va a tener que «mantener el equilibrio» entre convencer a Trump de que la cooperación con Europa sigue siendo la mejor receta para el éxito y, al mismo tiempo, estar preparado si Washington mantiene sus amenazas arancelarias, concluyó Boehnke.

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