F-22 Raptor
Así es el F-22 Raptor, el caza invisible que Estados Unidos desplegó para proteger a Israel
En medio de la escalada bélica más grave que ha vivido Oriente Medio en décadas, Estados Unidos volvió a recurrir, cuando se sumó a los ataques contra Irán, a uno de sus recursos más letales y sofisticados: el F-22 Raptor. Este caza de superioridad aérea, desarrollado por Lockheed Martin, fue desplegado en Europa antes de que Washington oficializara su entrada en el conflicto y acabó siendo esencial en el despliegue militar de Estados Unidos que ha traído, al menos por ahora, la paz en la región.
El conflicto comenzó a escalar a principios de junio con el lanzamiento de la operación israelí 'León Ascendente' contra múltiples objetivos en territorio iraní, incluyendo instalaciones nucleares. En respuesta, y tras días de especulación, la Administración de Donald Trump decidió intervenir directamente el pasado sábado, atacando por aire tres instalaciones nucleares clave en Irán. Según se ha revelado, la planificación del operativo estadounidense —bautizado como 'Martillo de Medianoche'— ya estaba en marcha cuando el presidente decía públicamente que se tomaría «dos semanas» para decidir. En realidad, el despliegue estaba muy avanzado, con los F-22 listos para asegurar el espacio aéreo y escoltar unidades más vulnerables.
Avión F-22 Raptor
Diseñado para dominar el cielo sin ser detectado, el F-22 Raptor sigue siendo, casi tres décadas después de su primer vuelo, un referente absoluto en cuanto a capacidad táctica. Puede mantener velocidades supersónicas sin postquemadores (supercrucero), maniobrar con extrema agilidad gracias a sus toberas vectoriales y operar en entornos fuertemente defendidos con una firma radar tan reducida que se compara a la de una canica de acero. Todo esto lo convierte en un avión idóneo para abrir corredores aéreos en territorio hostil, neutralizar defensas enemigas o acompañar bombarderos estratégicos como el B-2 en operaciones de ataque profundo.
Durante la reciente crisis, su función ha sido la de protector silencioso. Aunque el F-22 no puede transportar bombas penetradoras como la GBU-57 utilizada por los B-2, su papel ha sido el de escolta furtiva, garante de que las aeronaves con carga útil puedan alcanzar sus objetivos sin interferencias. El Raptor también es clave para interceptar amenazas aéreas iraníes, como drones o misiles, en rutas de aproximación o repliegue.
El arsenal del F-22 está en consonancia con su filosofía de combate: golpear primero, sin ser visto. En misiones aire-aire, puede cargar hasta ocho misiles: seis AIM-120 AMRAAM de largo alcance y dos AIM-9X Sidewinder. Para ataques a tierra, dispone de compartimentos internos adaptados a bombas guiadas como las JDAM de 1.000 libras o las GBU-39 de pequeño diámetro. Además, cuenta con un cañón M61A2 de 20 mm oculto tras compuertas que solo se abren en combate.
Poco después de que el F-22 colaborara en los ataques estadounidenses contra plantas nucleares iraníes, y a pesar de la respuesta del país persa sobre una base militar estadounidense en Qatar, todas las partes del conflicto han firmado una tregua que, aunque frágil, por ahora se mantiene. En un momento en que la guerra moderna depende tanto de la visibilidad como de la tecnología, el Raptor encarna el ideal estratégico estadounidense: dominar sin ser visto.