Putin se burla de Trump y lanza tras su conversación el mayor ataque aéreo sobre Ucrania

Ayer por la tarde, de manera inesperada, los dirigentes de Rusia y Estados Unidos, Vladimir Putin y Donald Trump respectivamente, mantuvieron una conversación telefónica en el enésimo intento por acercar las posturas hacia la paz. Volvió a ser en vano. El ruso aseguró que «no dará marcha atrás en sus objetivos de eliminar las causas del conflicto en Ucrania» y el estadounidense, en una comparecencia poco después, afirmó que no hubo «absolutamente ningún progreso» y que «no está contento».

Sin tiempo para asimilar lo ocurrido en la sexta conversación telefónica entre ambos mandatarios, Rusia ha lanzado un ataque masivo sobre territorio ucraniano, con 11 misiles y 539 drones, que ha causado 26 heridos y la muerte de una persona que quedó entre los escombros de una infraestructura, según ha informado el alcalde de Kiev, Vitali Klichkó. Según el portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, Yuriy Ignat, este ha sido el ataque aéreo más numeroso desde que comenzó la invasión en 2022.El presidente del país, Volodimir Zelenski, ha condenado el ataque «deliberadamente masivo y cínico» en una noche «brutal y de insomnio». «Una vez más, Rusia demuestra que no tiene intención de poner fin a la guerra y al terror. Solo hacia las 9 de la mañana de hoy terminó la alerta antiaérea en Kiev», aseguró el mandatario.

Según informa la agencia EFE, las defensas aéreas ucranianas lograron neutralizar 478 de los drones y los misiles en el ataque, que tuvo a Kiev como principal objetivo. Entre los misiles empleados había uno hipersónico Kinzhal y seis balísticos Iskander-M o su variante norcoreana, KN-23.

Nueve de los misiles y 63 drones alcanzaron objetivos, según la Fuerza Aérea ucraniana, un número de impactos mayor del que suele registrarse habitualmente.

Este ataque también ha tenido lugar tan solo dos días después de que el Gobierno de Estados Unidos decidiera suspender algunos envíos de armas a Ucrania, incluidos misiles de defensa aérea, tras revisar su gasto militar y el apoyo estadounidense a países extranjeros.

Según la prensa norteamericana, la Administración estadounidense está preocupada por el bajo nivel de algunas de sus reservas de armamento y cita entre la munición afectada por la reducción los sistemas de defensa aérea, bombas, misiles y piezas de artillería. Entre las municiones suspendidas se encuentran interceptores para los sistemas de defensa aérea Patriot, proyectiles de artillería de precisión y misiles que la fuerza aérea ucraniana dispara desde aviones F-16 de fabricación estadounidense, según funcionarios del Pentágono.

Teniendo esto en cuenta, se espera que esta tarde Zelenski y Trump mantengan una conversación telefónica, un encuentro que cobra más importancia tras los eventos de esta noche. Ambos mandatarios ya se reunieron presencialmente la semana pasada durante la cumbre de la OTAN en La Haya, donde el ucraniano pidió la fabricación conjunta de drones.

Otras teorías también sitúan este último movimiento de Rusia como una represalia después de la muerte en el día de ayer del subcomandante de la Armada, Mijaíl Gudkov, junto a otros diez oficiales, durante un ataque ucraniano en la región fronteriza de Kursk.

Sea como fuera, este último ataque vuelve a poner de varias cosas que vienen quedando claras en los últimos días y meses: que a Putin no le afecta un mínimo las palabras que le llegan desde Washington, que Trump ha chocado contra un muro en su intento de poner fin al conflicto en Ucrania —probablemente su mayor «fracaso» en lo que lleva de segundo mandato—, y que Rusia, como veníamos contando en El Debate, se está preparando para una gran ofensiva este verano, aprovechando el desgaste de la guerra y que los ojos de la población se habían desviado a lo que ocurrió entre Irán e Israel.