Israel inicia su ofensiva para conquistar la Franja y ya controla las afueras de la Ciudad de Gaza

Finalmente, tras muchos días de suposiciones y tensa espera, el Ejército de Israel ha iniciado la primera fase del plan pensado por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y ha empezado su conquista de la franja de Gaza, cuyo primer paso es tomar el control de la Ciudad de Gaza, la capital del enclave. Según ha anunciado el portavoz militar hebreo, Effie Defrin, ya controlan las afueras de la ciudad y se espera avance en las próximas horas. También ha asegurado que las Fuerzas de Defensa de Israel están trabajando para «proporcionar espacios suficientes para que los civiles de Gaza puedan ser evacuados de forma segura».

Según ha confirmado Defrin, dos divisiones del Ejército israelí, las brigadas de la 99 y los equipos de combate de la división 162, están apostados en el barrio de Zeitún y en la localidad de Yabalia, al sur y norte de la Ciudad de Gaza respectivamente.

Esta misma mañana, el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, ha confirmado la aprobación del proyecto militar tras una reunión con el jefe del Ejército, Eyal Zamir. A su vez, el Gobierno de Benjamin Netanyahu también ha aprobado la llamada a filas de unos 60.000 reservistas que deberán alistarse en los próximos días para ayudar en la conquista de la Ciudad de Gaza.

Tomar la capital del enclave, donde conviven, hacinados y desnutridos, cerca de un millón de personas, es la primera piedra del gran plan de Netanyahu, que incluye ocupar la Franja, desarmar a Hamás, lograr la devolución de los rehenes, desmilitarizar el enclave, establecer un control de seguridad israelí sobre el mismo y ponerlo bajo el control de un gobierno civil alternativo que no esté liderado ni por Hamás ni por la Autoridad Palestina.

Para ello, el primer paso es vaciar la Ciudad de Gaza —se han marcado como fecha límite el 7 de octubre (segundo aniversario de los ataques de Hamás)— y reubicar al millón de personas que viven ahí en el sur del enclave, en la zona costera de Mawasi, donde ya viven miles y miles de personas que han sido, a su vez, reubicadas desde distintas partes de la Franja. La UNRWA —la agencia de la ONU para los refugiados palestinos— ha advertido que esta zona podría convertirse en un «campo de concentración masivo». Desde octubre de 2023 se calcula que han muerto en la Franja unas 62.000 personas —18.000 de ellos niños—, y la situación ha empeorado gravemente en las últimas semanas debido a la desnutrición y la falta de provisiones con la que conviven los todavía supervivientes.

La propuesta de Hamás de un alto el fuego

En las últimas horas, a su vez, el país hebreo ha rechazado la propuesta de alto el fuego aprobada por Hamás y que, según Qatar —junto a Egipto, uno de los países que media hacia la paz—, «era un 98 % lo acordado por los israelíes previamente». Israel ha defendido su posición asegurando que quiere la liberación de todos los rehenes que siguen en la Franja —20 vivos y 30 muertos—, en lugar de la liberación de parte de los cautivos que aprobó Hamás.

La realidad es que, como ha vuelto a recalcar en las últimas horas el ministro de Finanzas israelí, el nacionalista Bezalel Smotrich, si Netanyahu aprueba cualquier tipo de acuerdo con Hamás que suponga un alto el fuego, su Gobierno caerá, con Smotrich votando por censurarlo junto a la oposición.

El propio Smotrich, por su parte, también ha sido noticia en las últimas horas por ser el protagonista de otra acción de Israel encaminada a poner fin a cualquier futuro de un Estado palestino. Israel ha aprobado este miércoles la construcción de 3.410 viviendas en la zona conocida como «E1», un macroproyecto que busca dividir Cisjordania en dos e implantar una zona de control israelí en el medio.

«El Estado palestino está siendo borrado de la mesa no con eslóganes, sino con acciones. Cada asentamiento, cada barrio, cada vivienda es un nuevo clavo en el ataúd de esta peligrosa idea», ha asegurado uno de los impulsores de esta idea de colonización de los territorios palestinos ocupados.

No solo desde todo el mundo, donde multitud y multitud de gobiernos se han echado en contra, sino también desde dentro del propio Israel la presión crece contra Netanyahu. En las últimas semanas se han vivido manifestaciones multitudinarias en ciudades como Jerusalén o Tel Aviv, en contra de la idea del Gobierno de expandir su ofensiva en Gaza. Sin embargo, como se ha explicado, Netanyahu tiene que elegir entre su supervivencia política o la vida de millones de personas en la Franja. Y ha elegido lo primero.