Personas caminan frente a la biblioteca de la Universidad de Harvard
Una jueza de EE.UU. frena la ofensiva de Trump contra Harvard y restituye sus fondos federales
El fallo judicial considera que la retirada de más de 2.600 millones de dólares fue una vulneración de la Primera Enmienda y responde a un uso político del antisemitismo para atacar a la universidad
La Universidad de Harvard obtuvo un importante triunfo judicial frente al gobierno de Donald Trump. La jueza federal Allison Burroughs, desde el tribunal de Boston, declaró nulas las órdenes emitidas por la administración republicana desde abril de 2025 que habían congelado el acceso de la institución a fondos federales. Según la magistrada, tales medidas suponían «una violación de la Primera Enmienda» de la Constitución, al no existir una relación directa entre la supuesta pasividad de la universidad ante casos de antisemitismo y las subvenciones que sostenían su actividad académica e investigadora.
El origen del conflicto se remonta a la vuelta de Trump a la Casa Blanca en enero. Desde entonces, el presidente intensificó sus ataques contra Harvard, acusándola de ser un bastión de la llamada ideología «woke», término empleado despectivamente por sectores conservadores para criticar políticas de diversidad e inclusión. Asimismo, el mandatario denunció que la universidad no había protegido con firmeza a los estudiantes judíos e israelíes frente a las protestas que exigían un alto el fuego en Gaza.
En represalia, el Ejecutivo ordenó la retirada de más de 2.600 millones de dólares en subvenciones, afectando de manera especialmente severa a proyectos de investigación en medicina y salud pública, y anuló además la certificación que permite a Harvard acoger a estudiantes internacionales. La institución reaccionó presentando una demanda, alegando que las sanciones no solo dañaban su funcionamiento interno, sino que ponían en riesgo la continuidad de proyectos vitales para la sociedad estadounidense.
En su fallo, Burroughs reconoció que Harvard «podría y debería haber gestionado mejor los episodios de antisemitismo registrados en los últimos años», pero precisó que «existe escasa conexión entre esas deficiencias y la retirada de los fondos». La jueza, nombrada en su día por Barack Obama, fue más allá al señalar que Trump había instrumentalizado el antisemitismo como «cortina de humo para un ataque selectivo e ideológico contra las universidades de élite del país».
Trump bloquea el ingreso de nuevos estudiantes extranjeros en Harvard por motivos de seguridad nacional
La suspensión de la financiación había obligado a Harvard a congelar contrataciones, detener programas de expansión académica y paralizar proyectos de investigación que contaban con gran reconocimiento internacional. Expertos del ámbito de la salud advirtieron que la interrupción de estos trabajos suponía un riesgo real para la vida de miles de ciudadanos, ya que varios de ellos estaban directamente vinculados al desarrollo de nuevas terapias contra enfermedades graves.
El fallo supone no solo un alivio económico para la universidad, sino también un precedente jurídico de gran peso: limita la capacidad del Ejecutivo de condicionar el financiamiento de instituciones académicas en función de criterios ideológicos o políticos. Harvard, por su parte, anunció que retomará de inmediato sus programas científicos y académicos, aunque el debate sobre cómo gestionar el antisemitismo en los campus sigue abierto y pendiente de soluciones más estructurales.