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Una mujer está junto a una pancarta que dice «Macron, eres el siguiente» durante una manifestación espontánea tras el rechazo del voto de confianza solicitado por el primer ministroEFE

Las verdades del discurso de Bayrou chocan contra una Francia que se prepara para «bloquearlo todo»

Este miércoles está convocado un movimiento para bloquear Francia que añade aún más presión a un país bloqueado políticamente

François Bayrou, honesto y cabizbajo, se empeñó en decirle la verdad a los franceses en su comparecencia de despedida en la Asamblea Nacional. «El destino de Francia está amenazado por una deuda que nos sumerge. Es una hemorragia silenciosa e insoportable», reconoció el mandatario.

El político centrista, ya ex primer ministro de Francia tras el nombramiento de Sébastien Lecornu, había presentado un plan de ajuste presupuestario por valor de 44.000 millones de euros como primer paso para combatir la deuda que asola al país galo, que se eleva hasta los tres billones. Pero ningún partido de la oposición compró su plan. Los situados a la izquierda del hemiciclo demandan que el esfuerzo sea más equilibrado y afecte a las grandes rentas –algo que Bayrou rechazó y advirtió del riesgo de que se vayan del país–, mientras que el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen pide una mayor congelación del gasto público. Además, la oposición quiere forzar todo lo posible la situación para empujar a Macron a convocar elecciones presidenciales.

«Gastamos, pero nunca retrocedemos. Se ha convertido en un reflejo y, peor aún, en una adicción. Nos hemos acostumbrado a financiar con crédito los gastos ordinarios del país, los gastos de nuestra vida diaria, los servicios públicos, las pensiones y el pago de las cotizaciones a la seguridad social», lamentó un Bayrou cuyo proyecto presupuestario ha quedado en el limbo.

«Si queremos salvar el barco, el barco en el que estamos y en el que están nuestros hijos, debemos actuar sin demora. No está fuera de nuestro alcance, solo requiere la movilización de todos y un esfuerzo moderado de cada uno si actuamos a tiempo», aseguró, pero en vano, pues cayó horas después de estas palabras.

La situación en Francia es catastrófica, con una deuda que supone el 114 % del PIB y un déficit público que se sitúa en el 5,4 %, claramente por encima del 3 % que exige Bruselas. Pero la clase política no ofrece soluciones –tan solo enreda la ya de por sí empantanada situación– y la calle tampoco acepta las medidas.

Bayrou este lunes en la Asamblea NacionalEFE

Con la política bloqueada –habrá que ver cómo navega Lecornu estas turbulentas aguas–, varias organizaciones han convocado para este miércoles a miles de personas por el movimiento 'Bloqueemos todo', que surgió este verano en las redes sociales como respuesta al plan presupuestario de Bayrou.

Aunque en un principio los organizadores de este movimiento se organizaron al margen de los grandes partidos y de los sindicatos, con el paso de los días se ha ido politizando y girando hacia la izquierda. Concretamente, hacia La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, que también han presentado una moción de destitución –casi imposible de prosperar– contra Emmanuel Macron.

El movimiento prevé miles de acciones repartidas en toda Francia con la participación de unas 100.000 personas repartidas en puntos estratégicos, como nudos de transporte o mercados. Las autoridades galas se preparan para lo peor y la Dirección General de la Aviación Civil ya ha pedido a las compañías aéreas que reduzcan un 50 % sus vuelos entre las 18:00 y la medianoche.

El ministro del Interior, Bruno Retailleau, ha advertido que no se tolerará «ninguna clase de bloqueo» y ha preparado para combatirlo un despliegue de unos 80.000 policías y gendarmes con instrucciones de ser firmes ante los activistas.

Pese a todo, lo de este miércoles será solo la primera piedra de una semana que se le presenta cuesta arriba al presidente de la República. Más allá de lo que pueda pasar con el movimiento 'Bloqueemos todo', este viernes la agencia de calificación Fitch publicará la nota que indica la capacidad del país para pagar su deuda. Por ahora, este martes el bono francés a 10 años cotizaba con un diferencial de 82 puntos básicos sobre la deuda alemana, convirtiéndose en el más alto de la eurozona y colocando a Francia en datos no vistos desde 1998. «Pueden tumbar un Gobierno, pero no pueden borrar la realidad. El gasto seguirá aumentando aún más y la carga de la deuda, ya insoportable, será cada vez más pesada y costosa», advirtió Bayrou este lunes. La realidad, como siempre, permite abrir o cerrar los ojos.