Fundado en 1910
Viajeros esperan en la terminal 4 del aeropuerto de Heathrow, al oeste de Londres

Viajeros esperan en la terminal 4 del aeropuerto de Heathrow, al oeste de LondresAFP

Aeropuertos paralizados, drones y violaciones del espacio aéreo: cómo Rusia crea el caos para provocar a Europa

En las últimas semanas, drones y aviones rusos han amenazado los cielos de hasta seis países aliados de la OTAN

Rusia está poniendo a prueba, cada vez con más vehemencia, los límites de Europa. La larga sombra del Kremlin planea de manera perenne sobre el Viejo Continente –siempre lo ha hecho–, pero desde su invasión de Ucrania, en febrero de 2022, se hace aún más evidente. El presidente ruso, Vladimir Putin, pensó que conseguiría dividir Europa con su guerra en el país vecino, pero lejos de lograr esa ruptura, los europeos se han mostrado inquebrantables en su apoyo a Ucrania.

Aun así, Moscú persiste y, en los últimos meses, ha ido más allá para generar el caos y desestabilizar al Viejo Continente. En tan solo catorce días, Rusia ha violado el espacio aéreo de hasta seis países miembros de la Alianza Atlántica, ha paralizado los aeropuertos de las principales capitales europeas y, este mismo miércoles, trató de interferir el GPS del avión del Ejército del Aire en el que viajaba la ministra de Defensa, Margarita Robles, a Lituania para acompañar a los soldados españoles ahí desplegados.

Esta escalada sin precedentes comenzó el pasado 9 de septiembre, cuando Polonia, junto con otros aliados de la OTAN, se vio obligada a derribar drones rusos que habían violado su espacio aéreo. Hasta 19 de estos aparatos sobrevolaron los cielos del país, con el objetivo de alcanzar la base logística de ayuda a Ucrania situada en la ciudad fronteriza de Rzeszów. Pocos días después, Rumanía y Estonia se sumaron a las reclamaciones polacas al denunciar también una violación «sin precedentes» de su espacio aéreo, que también involucró a una fragata alemana en el mar Báltico.

Ante estas amenazas, tanto Tallin como Varsovia invocaron el Artículo 4 del Tratado de la Alianza Atlántica, que recoge que cualquier país aliado puede solicitar consultas con el resto de miembros cuando considera que su integridad territorial o seguridad están bajo amenaza. Este martes, y tras la reunión de la OTAN a petición de Estonia, el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, reconoció que Rusia había vulnerado el espacio aéreo de al menos seis países europeos –Finlandia, Letonia, Lituania, Noruega, Rumanía y Polonia– y advirtió de que están dispuestos a usar «todos sus medios militares» para defenderse.

Los países ya han ido tomando decisiones a título individual. Lituania, por su parte, aprobó este martes una enmienda para facilitar a sus Fuerzas Armadas el derribo de drones extranjeros que violen su espacio aéreo, al igual que ya hizo el primer ministro polaco, Donald Tusk, al asegurar que interceptará «todo» lo que amenace sus cielos. Incluso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cambiado drásticamente su tono y ha pedido a la OTAN que derribe cualquier avión no tripulado ruso que merodee por los cielos de los aliados.

Caos en los aeropuertos e interferencias en los aviones

Además de rondar y amenazar el espacio aéreo de los países europeos, el Kremlin cuenta con un ejército de hackers y saboteadores que, el pasado fin de semana, lograron generar el caos en los aeropuertos de Berlín, Bruselas y Londres (Heathrow) al ejecutar un ciberataque contra un proveedor de servicios de facturación y embarque. Esto provocó la cancelación y retrasos de cientos de vuelos, afectando a miles de pasajeros. Tres días después, los aeropuertos de Copenhague y Oslo se vieron obligados a cerrar varias horas tras el avistamiento de varios drones y esta noche el de Aalborg, en el norte de Dinamarca, también tuvo que paralizar su actividad por las mismas razones. Las autoridades danesas apuntaron a Rusia como posible responsable y lo calificaron como «el ataque más grave».

Todavía más peligrosas son las continuas interferencias por parte del Kremlin de los GPS de los aviones que transportan a líderes o ministros europeos. El último afectado fue el de la ministra de Defensa, cuya aeronave, con rumbo a Lituania, sufrió un «intento de perturbación» de su navegador a su paso por el enclave ruso de Kaliningrado. Antes que Robles, otros, como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, o el entonces secretario de Defensa británico, Grant Shapps, ya fueron blanco de estas arriesgadas maniobras rusas.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas