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La primera ministra de Japón Sanae Takaichi y el presidente chino Xi Jinping en Corea del Sur

La primera ministra de Japón Sanae Takaichi y el presidente chino Xi Jinping en Corea del Sur, antes de que estallará la crisis bilateralKaname Yoneyama / Yomiuri / AFP

China presiona a Japón por Taiwán: anula miles de vuelos, frena sus exportaciones de pesca y maniobra militarmente

Pekín ha decidido complicar la vida y la economía al Gobierno de Sanae Takaichi que no da su brazo a torcer en su apoyo a Taipéi

La República Popular China está ofendida con Japón y se lo está haciendo saber de la manera más dolorosa: tocándole el bolsillo y prolongando sus maniobras militares en el mar Amarillo, entre la China continental y Corea.

El régimen de Xi Jinping no parece dispuesto a perdonar a Japón el apoyo explícito y la advertencia de respaldo militar a Taiwán. Tampoco que haya metido en medio a Estados Unidos. La factura por semejante atrevimiento ha comenzado a pasársela en varios frentes.

La primera cuenta le llegó a Tokio con la anulación intempestiva de importaciones a la pesca y el mariscos. El Ministerio de Exteriores chino justificó la medida con la excusa de que Japón no ha proporcionado la documentación técnica necesaria para garantizar la seguridad de sus exportaciones.

La portavoz Mao Ning destacó la indignación pública generada en China por las palabras de la primera ministra Sanae Takaichi. «Aunque Japón exportara, –aseguró– no habría mercado» para esos productos en la situación actual.

Medios nipones, informa Efe, publican que previamente Pekín le comunicó a Tokio una nueva suspensión de las importaciones de mariscos, apenas dos semanas después de que China levantara parcialmente el veto aplicado desde agosto de 2023 a raíz del vertido de aguas tratadas de la central de Fukushima.

Mao acusó hoy de nuevo a Takaichi de evocar «tácticas comunes» del militarismo nipón y sostuvo que vincular una crisis en Taiwán con la posibilidad de que Japón active su «autodefensa colectiva» constituye una «violación grave» del orden internacional de posguerra.

La portavoz argumentó que a Japón se le «restringió expresamente» en el ejercicio de ese derecho tras su rendición en 1945 y recordó el «estatus de Japón como país derrotado» en la Segunda Guerra Mundial, así como que la Constitución nipona consagra la renuncia permanente al uso de la fuerza.

Takaichi afirmó el pasado 7 de noviembre que un ataque chino a Taiwán podría situar a Japón en un «estado de peligro para la supervivencia» y justificar el uso del derecho de «autodefensa colectiva» y una intervención de las fuerzas niponas en el Estrecho. Mao indicó que esas palabras «han provocado una fuerte indignación entre el pueblo chino».

El clima diplomático se ha visto además enrarecido por un incidente protocolario: Japón presentó una queja formal alegando falta de coordinación en la gestión de la prensa durante la reunión celebrada el martes en Pekín entre Masaaki Kanai, director de la Oficina de Asia y Oceanía del Ministerio de Exteriores japonés, y su homólogo chino, Liu Jinsong.

Gesto inapropiado

Tokio protestó después de que circulara en redes una fotografía tomada en una zona normalmente restringida del ministerio chino que parecía sugerir que el representante nipón realizó una reverencia a su homólogo chino mientras éste se guardaba las manos en los bolsillos.

Las tensiones también han tenido efectos económicos. Las advertencias de viaje emitidas la semana pasada por China derivaron en casi medio millón de cancelaciones de vuelos desde el gigante asiático hacia Japón y en pérdidas bursátiles para empresas niponas del comercio minorista y el turismo.

En Hong Kong, la aerolínea Cathay Pacific, siguiendo los pasos de aerolíneas chinas como Air China o China Southern, anunció este miércoles que permitirá a los pasajeros con destino a Japón modificar sus billetes tras los avisos emitidos por Pekín y por el Gobierno hongkonés.

El deterioro bilateral coincide además con maniobras militares con fuego real de China en el mar Amarillo (entre China continental y Corea) que debían acabar hoy, pero que fueron ampliadas hasta el 25 de noviembre.

Japón insiste en que su postura sobre Taiwán no ha variado y que sigue dispuesto al diálogo, mientras Pekín reitera que la isla es una «parte inalienable» de su territorio y no descarta el uso de la fuerza para lograr la reunificación.

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