La escuela donde se produjo el ataque, vacía tras los secuestros
Logran escapar 50 de los más de 300 estudiantes católicos secuestrados en Nigeria
A pesar de esta noticia, 253 alumnos y 12 profesores continúan retenidos
La tragedia que golpeó este fin de semana al estado de Níger, en el norte de Nigeria, ha abierto una pequeña ventana de esperanza: al menos 50 de los 303 estudiantes secuestrados en la Escuela Católica St. Mary’s han logrado escapar de sus captores y reencontrarse con sus familias, según confirmó la Asociación Cristiana de Nigeria (CAN).
Los estudiantes, que formaban parte del grupo raptado por hombres armados en el internado de Papiri, una remota comunidad rural, habrían escapado por su cuenta entre el viernes y el sábado, en distintos momentos y sin mediación de las autoridades. «Hemos recibido buenas noticias: cincuenta alumnos escaparon y se han reunido con sus padres», señaló el obispo Bulus Dauwa Yohanna, presidente regional de CAN, que asegura haber verificado personalmente algunos de los reencuentros.
A pesar de esta noticia alentadora, 253 alumnos y 12 profesores continúan retenidos, lo que convierte el ataque en uno de los secuestros escolares más numerosos desde el caso de Chibok en 2014, cuando Boko Haram raptó a 276 niñas, de las cuales 91 siguen desaparecidas once años después.
Una escalada de secuestros en cadena
El rapto en St. Mary’s se enmarca en una semana especialmente violenta en Nigeria. El lunes, 25 niñas fueron secuestradas de otro internado; el martes, 38 feligreses de una iglesia en el estado de Kwara fueron capturados –entre ellos el pastor– por grupos distintos. Esta sucesión de ataques ha obligado al Gobierno federal a ordenar el cierre temporal de 41 internados en Níger, Kebbi, Plateau y Benue, las zonas más golpeadas por secuestros y asesinatos.
Los ataques –que las autoridades describen indistintamente como obra de «bandidos» o de organizaciones «terroristas»– forman parte de un modelo ya consolidado: grupos criminales fuertemente armados entran en escuelas rurales poco protegidas, secuestran a decenas de estudiantes y negocian rescates millonarios con las familias, líderes locales o el propio Gobierno.
La escuela donde se produjo el ataque
Un informe de Unicef de 2024 reveló que apenas el 37 % de los colegios en diez estados afectados por conflictos cuentan con algún sistema de alerta temprana. La mayoría carece de vigilancia, muros de protección o personal capacitado, lo que los convierte en blancos fáciles.
Por el momento, no está claro cómo lograron escapar los 50 estudiantes. Las autoridades no han ofrecido información oficial, y los relatos de los padres son fragmentarios. Algunas familias aseguran que sus hijos regresaron exhaustos, sin comida y tras caminar durante horas por el monte. Otras indican que los captores se dividieron y eso permitió que algunos grupos de alumnos huyeran sin ser detectados.