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El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch, y el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita, en Rabat, MarruecosEFE

Marruecos prepara el terreno para imponer sus condiciones en la cumbre con Sánchez en Madrid sin la prensa

La XIII Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos prevista para este jueves en la capital durará menos de tres horas y no contempla una rueda de prensa conjunta

Madrid acoge este jueves la XIII Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos (RAN), en un momento en el que el reino alauí se encuentra totalmente envalentonado tras el espaldarazo del Consejo de Seguridad de la ONU al plan de autonomía marroquí para el Sáhara. Esta cumbre, que suele prepararse con bastante antelación, fue anunciada la semana pasada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, casi coincidiendo con la entrada en prisión del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, y Koldo García. Una noticia que copó la actualidad informativa del día y, por lo tanto, la convocatoria de la RAN pasó casi desapercibida.

«En el marco actual de las excelentes relaciones bilaterales entre España y Marruecos, ambos gobiernos han decidido la celebración de la XIII Reunión de Alto Nivel para el próximo 4 de diciembre en Madrid, precedida de un encuentro empresarial, entre ambos países, el 3 de diciembre en la capital española», fue la escueta nota de prensa emitida por la cartera liderada por José Manuel Albares. A pesar del perfil bajo que está intentando vender el Gobierno de Pedro Sánchez sobre este encuentro, los medios marroquíes –muchos de ellos estrechamente vinculados con el Palacio Real o el Ejecutivo– han ido caldeando el ambiente exponiendo las prioridades de Rabat.

El primer ministro de Marruecos, Aziz Ajanuch, que el pasado mes de septiembre vio cómo los jóvenes se echaron a las calles para pedir su dimisión, llega a su encuentro con Sánchez con una serie de exigencias. La principal tiene que ver con la exprovincia española, y es que el reino alauí, después de lograr que el Gobierno español diera un volantazo de 180º y reconociera en 2022 «la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo», ahora quiere ir un paso más allá y que Sánchez verbalice que el plan de Rabat es la única base seria para acabar con el conflicto del Sáhara.

Pero la lista de la compra de Ajanuch, comandado por su gran amigo el rey Mohamed VI, también comprende, como han ido publicitando medios como Le360, la intención de que España ceda a Marruecos el control del espacio aéreo civil del Sáhara, así como la expansión de su Zona Económica Exclusiva frente a las Islas Canarias, para aprovechar los recursos naturales de sus fondos marinos. No es de extrañar que Rabat llegue a Madrid con unos objetivos claros, sobre todo tras lograr otra victoria la semana pasada en el Parlamento Europeo gracias al Partido Socialista Obrero Español.

El PSOE español, y en contra de la posición de su grupo europeo, apoyó la iniciativa que evitaba etiquetar el origen de los productos exportados desde el Sáhara, incumpliendo así una sentencia previa del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). La reapertura de las aduanas se plantea como un asunto espinoso y es que Marruecos aún no las ha reabierto por completo, tal y como prometió en 2022. El pasado mes de noviembre, el Gobierno de Melilla, dirigido por el Partido Popular, denunció que el tránsito de mercancías continúa prácticamente paralizado en la frontera entre ambos países debido a la «falta de garantías jurídicas».

Por su parte, el Gobierno ha evitado mencionar estos temas tan espinosos y ha explicado que el objetivo de la reunión «es profundizar esta dinámica [positiva], construyendo una relación más moderna, global y transversal, con visión compartida sobre los retos actuales como la inteligencia artificial, la ciberseguridad, el cambio climático o la transición energética sostenible, siempre poniendo a las personas en el centro». Así, fuentes de La Moncloa han adelantado que, como resultado de la RAN, se firmarán «una decena de acuerdos en materias como la transición digital de las administraciones públicas, la prevención de desastres naturales, la agricultura y pesca o el deporte, la educación, la formación, la igualdad de género y la lucha contra extremismos».

La cumbre, que se ha limitado a menos de tres horas y no contará con la presencia de la prensa ni con una declaración conjunta posterior de Sánchez y Ajanuch, comenzará a las 10:30. Previamente, el presidente del Gobierno recibirá al primer ministro marroquí con honores militares en el Palacio de la Moncloa. A la cumbre solo asistirán los ministros del PSOE: la vicepresidenta Sara Aagesen y los ministros José Manuel Albares, Óscar Puente, Pilar Alegría, Luis Planas y Elma Saiz, así como la secretaria de Estado de Comercio y Empresa, Amparo López. La última RAN tuvo lugar en febrero de 2023, en Rabat, y fue muy comentada por el plantón del rey Mohammed VI a Sánchez. El monarca alauí se encontraba de vacaciones en Gabón y decidió despachar al presidente del Gobierno con una simple llamada telefónica.

Para nuestro país, mantener una buena relación con Marruecos es fundamental, sobre todo en la lucha contra el terrorismo, la inmigración y los intercambios económicos. «El plano económico es un pilar clave de la relación bilateral», destaca el Gobierno. España es el primer socio comercial del país norteafricano desde 2012, con un récord histórico en 2024 de intercambios que superan los 22.600 millones de euros. Asimismo, explican que España y Marruecos «están unidos por vínculos humanos muy fuertes: la comunidad marroquí sigue siendo la comunidad extranjera más numerosa en España y se ha convertido en la mayor cotizante a la Seguridad Social». La cumbre ha venido precedida, además, de un foro empresarial en la capital.