Industria
En 1999 Nissan estaba a punto de la bancarrota cuando Renault salió en su auxilio comprando el 43 % de la compañía nipona. Ahora, 24 años después ambas firmas llevan meses redefiniendo el papel de cada una de las compañías y las nuevas bases de colaboración.
Finalmente han alcanzado un acuerdo definitivo que debería regir su funcionamiento durante los próximos años a falta de su aprobación definitiva por el Consejo de Administración. El acuerdo se estructura en torno a varias realidades.
Una gobernanza equilibrada que favorezca la colaboración cruzadas entre ambas marcas y acelere la rentabilidad del grupo. Llevado a la práctica supone que Renault reduce un 28,4 % su participación en la firma japonesa, lo que equipara el accionariado cruzado entre ambos a un 15 %.
Para ello pondrá las acciones en manos de un fideicomisario que se encargará de venderlas cuando las condiciones económicas de la operación así lo hagan aconsejable. Esta venta supone una pérdida de influencia notable de la firma gala sobre la japonesa.
Un relanzamiento de la colaboración con proyectos operativos a nivel mundial, que tomarán forma fundamentalmente en América Latina, India y Europa.
La creación de nuevas iniciativas y líneas de negocio contando con los socios habituales de la Alianza. En concreto se cita a Ampere, la unidad de negocio eléctrico y de software fundada recientemente por Renault. El organismo Alliance Operating Board seguirá al frente de la coordinación entre las compañías.
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