
Las averías que afectan al motor pueden acabar con el coche en el garaje
Mantenimiento
La avería más grave que puedes tener en un coche y cómo evitarla
No se trata de la avería más habitual en un coche, aunque sí es la más normal cuando se produce un mal mantenimiento del motor
Hay una palabra de seis letras que hace palidecer a cualquier mecánico de las proximidades. Nos referimos a gripar, un verbo capaz de llevar al desguace a cualquier coche por muy cuidado que esté.
El diccionario de la RAE define como: «Quedar fuertemente adheridas dos piezas de un motor que se deslizan una sobre otra de manera que se detiene o interrumpe el deslizamiento», un concepto que aplicado a un motor se traduce en la mayor de las averías que se pueden producir.
El motor revienta
Se trata de un término acuñado desde el francés gripper, su utilización referida a los motores data de 1907, cuando se aplica por primera vez a un propulsor por el Heraldo de Madrid.

El aceite debe bañar todas las piezas móviles con fricción
Cuida el aceite
No es complicado deducir que la principal causa de que gripe un motor es la falta de aceite o que haya perdido su capacidad de lubricar porque sea viejo o esté deteriorado, con el uso el aceite pierde propiedades, pues las moléculas se van cizallando (rompiendo) y pierde capacidad de lubricar.

El tipo de aceite que usamos y medir el nivel es clave
En este caso la temperatura sube y termina por gripar el motor. El problema es que cuando una pieza metálica de un motor se queda adherida a su contraria, el destrozo afecta a todas las piezas del motor, pues el movimiento se interrumpe bruscamente.
En este caso la única reparación válida pasa por sustituir todas las piezas metálicas rotas o deterioradas, lo que en ocasiones es tan costoso que obliga a cambiar todo el motor.
Motor nuevo
Hay que tener en cuenta que mientras un motor está en marcha la mayor parte de sus piezas móviles están constantemente sumergidas en aceite para asegurar la lubricación. Precisamente el sistema de refrigeración de los coches tiene entre sus misiones refrigerar el aceite motor.
Para evitar este problema debemos realizar dos comprobaciones periódicamente, por un lado controlar el nivel de aceite con la varilla y por otro respetar los períodos de revisión recomendados por el fabricante para cambiar el aceite.