El truco de las bolsas de sílice: ¿Por qué es tan útil llevarlas en el coche?

Las bolsitas de sílice son extremadamente habituales, prácticamente todos los productos electrónicos y cualquiera importado que pase semanas dentro de una caja suelen contener estos sobrecitos que parecen de azúcar pero están rellenos de otro compuesto.

En concreto se trata de sílice, un mineral compuesto de oxígeno y silicio que es resistente a la corrosión y tiene la cualidad de absorber la humedad, con lo que evita que se estropeen los productos en los que se usa.

No las tires

En este caso hay una función extremadamente útil en el interior de un coche. Si nos tomamos la molestia de reunir varias bolsitas y colocarlas estratégicamente en la zona superior del salpicadero, descubriremos que el parabrisas se empaña mucho menos.

Es algo lógico, pues al final las bolsitas absorben la humedad del coche, que es la responsable del vaho.

De hecho, es posible comprar bolsas grandes de tela rellenas de sílice para evitar la humedad en el coche. Del mismo modo que existe el truco casero de rellenar un calcetín con arena de gato: tiene el mismo efecto y además elimina malos olores, pues este producto suele llevar un tratamiento especial que absorbe el hedor. Una solución casera y muy económica.

Otros usos

Existe otro uso alternativo que descubrió el grupo Volkswagen hace años. En este caso, la marca introducía una bolsa de sílice en el depósito donde se almacena el líquido refrigerante de los coches. De este modo el líquido se conservaba mucho mejor, lo que evitaba que hubiera que cambiarlo en las revisiones.

El problema es que la bolsa de sílice acababa por romperse y el sílice llegaba a provocar averías de consideración en el motor del coche, por lo que dejó de usarse, de hecho algunos mecánicos recomiendan sacarla del depósito de refrigerante si es que nuestro coche la tiene.