Entidad suficiente

Los poetas satíricos –animus iocandi–, han sido siempre analizados y perseguidos por la Justicia. Me resumo en dos de ellos, el más grande de todos y uno de los que más se le acercaron. El Conde-duque de Olivares, Privado de Felipe IV, envió a prisión a don Francisco de Quevedo por su Padrenuestro glosado que se encontró el Rey en su servilleta, motivo por el cual pasó algún año en la prisión de San Marcos de León, abandonándola con un frío que jamás se escapó de sus huesos. Y a finales del XIX, don Manuel del Palacio experimentó en distintas ocasiones 'El Saladero', que así llamaba el pueblo de Madrid a la más lóbrega de sus cárceles. Pero los poetas líricos, más aún si son acosadores, profesores universitarios y poetas cimeros, como Monedero, carecen de tacto y gracia para meterse en berenjenales impropios de la alta poesía. Monedero ya ha cumplido con la literatura, como el académico Sánchez Ron, que consiguió lo que parecía inconseguible. Hacer aburrido a Mingote. El poeta lírico y necrológico Monedero, el político que se destruyó a sí mismo practicando todo aquello de lo que aparentemente abominaba, bastante ha hecho con su poema a Chávez y sus lágrimas de Orinoco. Pero no es de recibo que un intelectual de esa categoría les diga, públicamente, a dos de sus alumnas, que una tiene cara de zorra y a la otra que es una vaca lechera. Las dos alumnas demandaron al poeta de lejana higiene corporal, pero la Fiscalía se ha opuesto a la demanda por entender que ni la chica de cara de zorra ni la que parece una vaca lechera tienen «entidad suficiente» para considerar los insultos de Monedero como un trato degradante. Es decir, que a partir de ahora, entra en el amparo de la ley pasear por la calle, elegir a un tipo que carezca de entidad suficiente, y decirle, con toda sinceridad o simplemente por capricho, que tiene cara de culo. Pero la misma procacidad social si el receptor del desprecio es Óscar López, la Fiscalía actuaría de inmediato porque López sí parece poseer entidad suficiente.

Un profesor universitario, que presumió de feminista, de impecable en el trato a las mujeres y que en los domingos veraniegos acudía feliz a compartir barbacoa en la piscina de los Iglesias, con las churris de Irene Montero, no está autorizado a insultar con crueldad a sus alumnas, que no tienen entidad suficiente según la Fiscalía.

Ha engañado a todos los suyos, exceptuando a Maduro, que tiene entidad suficiente y me permito decirle por escrito que, además de un canalla, un torturador y un ladrón, amén de narcotraficante, se mueve como un mono aullador del Orinoco. Monedero llegó a engañar a un grupo de pijas de escaparate de Madrid, que le organizaban meriendas, y de ello sabe bastante Carmen Lomana. Pero como poeta cimero del Orinoco y el Caroní, del salto de Canaima y de los tepuís de la gran sabana, debe saber que como profesor universitario, es de la misma condición excremental que en sus diferentes versiones. Y no me aprovecho de que, en la actualidad, Monedero carezca de entidad suficiente, porque en España no tiene ni entidad, ni dignidad, ni representa a nadie en la sociedad. Se lo digo con parecido desparpajo grosero del que él utilizó para humillar a dos alumnas, según la Fiscalía, sin entidad suficiente.

Y al modo de Larra. Si quiere usted otra, venga a por ella.