Agentes tratan de arrancar un coche patrulla que se ha quedado sin batería

Agentes tratan de arrancar un coche patrulla que se ha quedado sin batería

Vehículos patrulla

«Tienen las ruedas lisas como un Fórmula 1»: la lamentable situación de los coches de la Guardia Civil

La DGT es la responsable de los vehículos que usan los agentes del destacamento de Tráfico de la Guardia Civil. Un flota de coches viejos, averiados e inseguros que les obligan a patrullar a pie o de cuatro en cuatro

«No salgáis en estas condiciones» con este lacónico mensaje es habitual que los jefes de cuartel de la Guardia Civil tengan que responder a sus hombres cuando surgen emergencias pero los coches disponibles en los garajes no están en condiciones de patrullar, una situación que tal y como denuncian desde la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) es habitual en los destacamentos.

No hay recursos

Una llamada de un compañero de Teruel a Domingo Medina, secretario de prensa de la AEGC, el pasado fin de semana para atender una emergencia durante el temporal ha sido el detonante de una situación que llevan arrastrando desde hace muchos años, y es que tal y como explica Domingo, «existe un problema muy serio de recursos».
Coches con más de 400.000 kilómetros como este Nissan Almera destinado a Almería

Coches con más de 400.000 kilómetros como este Nissan Almera en servicio en Alicante

En este caso el compañero busca desesperadamente que algún cuartel le preste un vehículo 4x4 para poder atender una emergencia en plena nevada, pues el único vehículo patrulla disponible es tracción delantera.

El pan de cada día

La escasez de coches es su pan de cada día, los pocos vehículos que funcionan están de servicio las 24 horas del día y los 7 días de la semana, los coches recorren más de 400 kilómetros por turno (1.200 al día), con lo que no es extraño encontrarse con vehículos con más de 400.000 kilómetros y en estado de mantenimiento lamentable.
El volante de un Renault Mégane con más de 370.000 kilómetros

El volante de un Renault Mégane con más de 370.000 kilómetros

Los recursos no sólo afectan a la compra de coches, sino que cuando no hay dinero en la partida directamente «no se reparan», los coches se mantienen y reparan en talleres oficiales, lo que «nos obliga a esperar a que reparen el coche como si fuéramos un cliente más». En este caso puedes encontrarte con coches patrulla «sin frenos o con los neumáticos lisos como los de un Fórmula Uno».

Jugarse el bigote

La realidad es que los agentes se juegan el bigote circulando con coches que no están en condiciones, vehículos que no deberían superar la ITV ni de lejos pero que ‘trampean’ con los plazos para mantenerlos en servicio.
El freno de mano de un Mégane con 415.000 kilómetros

El freno de mano de un Mégane con 415.000 kilómetros

Tal y como explica Domingo, cuando se quedan sin recursos en la partida de mantenimiento directamente «los coches se aparcan y no se usan, con lo que el que pierde es el contribuyente, no podemos prestar un buen servicio al ciudadano con estos coches. En ocasiones tenemos que patrullar a pie e incluso de cuatro en cuatro».

Pierde el ciudadano

«Pese a que dependemos del ministerio del Interior, los coches patrulla son responsabilidad de la DGT, que se encarga de nuestro material. Muchos de los vehículos tienen más de una década, con unas medidas de seguridad desfasadas».
Con los faros así pasa la ITV otro de los coches patrulla

Con los faros así pasa la ITV otro de los coches patrulla, impensable en un coche de calle

Hasta aquí el llamamiento de una de las principales asociaciones de la Benemérita, que en este caso denuncia la situación exclusivamente de los vehículos adscritos a la Agrupación de Tráfico, «aunque la situación de otras agrupaciones del cuerpo no es muy diferente».

Los coches no nos sirven

En paralelo, tal y como explican a El Debate agentes de Tráfico de la Guardia Civil que prefieren permanecer en el anonimato, «los coches que nos compra la DGT no nos sirven». En esta conversación salen a relucir los problemas concretos que tienen los agentes con modelos que se adquieren por licitación y concurso público pero que nadie con conocimiento de automóviles supervisa.
El habitáculo de un Seat Exeo con más de una década y 400.000 kilómetros, devorado

El habitáculo de un Seat Exeo con más de una década y 400.000 kilómetros, devorado

Así, por ejemplo, los Land Rover Discovery se averían con mucha frecuencia, generando problemas mecánicos de motor muy caros y que al no haber dinero no se arreglan. Respecto a los Jeep Renegade recién estrenados en los cuarteles, los agentes indican que tienen un maletero tan pequeño que tienen que llevar el material suelto dentro del coche, lo cual además de incómodo es ilegal.
Otros modelos están dando un resultado excepcional como los Cupra León y los Formentor, pero hay muy pocos.
Marcadores con más de 500.000 kilómetros

Marcadores con más de 540.000 kilómetros

Otra de las últimas adquisiciones, los Renault Austral, tienen un problema eléctrico y cuando «conectamos los luminosos en controles se viene abajo la batería y hay que llevarlos a un concesionario para desbloquearlos, algo que ocurre con mucha frecuencia».

Los mejores para los mandos

También comentan el caso de una flota de BMW X3, un magnífico coche pero que es muy caro de mantener, un factor decisivo en este tipo de vehículos. En paralelo se trata de coches muy golosos, por lo que no es raro que se los queden los mandos, con lo cual los agentes siguen conduciendo coches viejos y averiados.
Cuando un coche se avería permanece semanas en un taller oficial

Cuando un coche se avería permanece semanas en un taller oficial

Durante nuestra conversación sale a relucir también el caso de los Renaut Arkana, con una parte trasera tan baja que tenemos que «ayudar a los detenidos a entrar y si se golpean la cabeza además podemos tener un problema de malos tratos. No caben dentro». En los nuevos Citroën C4X la mampara de separación con la que cuentan provoca que los agentes no puedan subirse con el chaleco antibalas, tampoco caben.
Tal y como explican los agentes, todos estos coches son «excelentes pero no valen para patrullar».
Cuando un coche patrulla sufre un accidente, no se repone

Cuando un coche patrulla sufre un accidente, no se repone

Un disparate más promovido por la DGT que destina ingentes fondos a la compra de radares y material recaudatorio de última generación mientras los agentes viven situaciones penosas y peligrosas para su integridad.
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