Todo apunta a que los triángulos van a seguir entre nosotros mucho tiempo
Insólito
Un guardia civil denuncia el problema que se encuentra cada vez que un conductor usa la luz V16: «No se fían»
La implantación de la luz V16 va a suponer un esfuerzo económico de 50 euros por conductor, un negocio de unos 1.500 millones de euros
Hace algo más de tres años que la Dirección General de Tráfico tomó la decisión de sustituir los triángulos de emergencia por las luces V16 conectadas, un dispositivo mucho más moderno y caro en el que España puede considerarse pionero mundial, pues todavía no está en funcionamiento en ningún otro país del mundo.
La idea inicial era que su uso fuera obligatorio a partir del 1 de enero de 2026, pero la DGT tomó la decisión de anticipar su uso y permitir que los conductores pudieran recurrir a ellas desde hace dos años para señalizar las emergencias en lugar de los triángulos en las vías rápidas, fundamentalmente autopistas y autovías.
Período de transición
De esta forma a día de hoy ya está permitido su uso, pero de acuerdo con AEGC (Asociación Española de Guardias Civiles) lo que se están encontrando sobre el asfalto tiene poco que ver con las previsiones de la DGT.
Aunque lleven la V16 los conductores siguen usando los triángulos
En este caso el problema con el que se encuentran los agentes es que los conductores directamente no se fían de esta lucecita, de hecho la mayor parte de los conductores que las usa, utiliza también los triángulos tradicionales, lo que supone que no se evitan el riesgo de atropello que hay cuando se bajan a colocarlos.
Va a haber más accidentes
Tal y como explican miembros de la Guardia Civil de Tráfico el problema está muy claro, la luz V16 apenas se distingue de día y todo parece indicar que cuando su uso sea generalizado «puede que se evite algún atropello, pero se van a multiplicar los golpes por alcance».
Hay que tener en cuenta que los coches que vienen detrás no van a distinguir desde lejos que un vehículo está parado, «por mucha lucecita V16 que lleve en el techo».
Nadie es capaz de asegurar que vayan a reducir los accidentes, no se ven de día
El problema es que al carecer de estudios previos en la materia, España y sus conductores se van a convertir en los conejillos de indias a nivel mundial, un problema de consecuencias imprevisibles.